Alexander von Humboldt: el explorador de América Copiar al portapapeles
POR: ChemaTierra
14 septiembre, 2024
Alexander von Humboldt, considerado por muchos como el último científico universal, fue un biólogo, humanista, geógrafo y astrónomo prusiano cuyos viajes de exploración revelaron dimensiones desconocidas del continente americano. Su legado científico es inmenso, tanto que su nombre está asociado a una vasta cantidad de fenómenos y lugares geográficos, como la corriente fría que recorre la costa de Perú, ríos, bahías, parques naturales e incluso un cráter en la Luna.
Los Primeros Años
Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander von Humboldt nació el 14 de septiembre de 1769 en el castillo de Tegel, cerca de Berlín, en el seno de una aristocrática familia prusiana. Desde una edad temprana, Humboldt mostró una inclinación por las ciencias naturales, alimentada por los tutores que se encargaron de su educación. Aunque comenzó estudiando leyes en la Universidad de Göttingen, como lo deseaba su madre, su verdadera pasión eran las ciencias. Fue en esa época cuando conoció a Georg Forster, un destacado científico que había sido parte de la segunda expedición de James Cook, y quien sería una influencia clave en su vida.
Tras la muerte de su madre en 1797, Humboldt abandonó su carrera como funcionario en el Departamento de Minas de Prusia y decidió seguir su verdadero sueño: explorar el mundo y entender sus fenómenos naturales. Así, comenzó una colaboración de por vida con Aimé Bonpland, un botánico francés con quien compartía las mismas inquietudes científicas.
El Viaje Hacia América
En 1799, gracias a la mediación de Mariano Luis de Urquijo, secretario de Estado de Carlos IV de España, Humboldt y Bonpland obtuvieron salvoconductos para explorar las provincias americanas bajo dominio español. El 5 de junio de ese año, los dos científicos zarparon desde La Coruña en la corbeta Pizarro, llevando consigo una gran cantidad de instrumentos científicos. Su primera parada fue Tenerife, en las Islas Canarias, donde ascendieron al pico del Teide antes de continuar su travesía hacia América.
El 16 de julio de 1799 llegaron a Cumaná, Venezuela. Allí, Humboldt quedó fascinado por la exuberancia de la selva tropical y se dedicó a estudiar la flora y fauna del lugar. Su primera impresión fue abrumadora: "corríamos como locos de aquí para allá", escribió a su hermano Wilhelm. En su viaje por el río Orinoco, Humboldt y Bonpland se convirtieron en los primeros europeos en navegar por el Casiquiare, un canal natural que conecta los sistemas fluviales del Orinoco y el Amazonas.
Uno de los experimentos más arriesgados de Humboldt durante este viaje fue la captura de anguilas eléctricas para estudiar la electricidad que producían. En su diario, relató cómo experimentó dolor en las articulaciones después de pisar imprudentemente una de estas criaturas. Humboldt también se atrevió a probar el curare, un potente veneno utilizado por los indígenas para cazar, describiendo su sabor amargo.
Exploraciones en el Nuevo Mundo
Después de su estancia en Venezuela, Humboldt y Bonpland se dirigieron a Cuba y, más tarde, a Cartagena en la actual Colombia. Su paso por Bogotá fue particularmente significativo, ya que conocieron al botánico español José Celestino Mutis, quien les ofreció hospitalidad y acceso a su vasta biblioteca. Durante este tiempo, Humboldt se dedicó a hacer observaciones astronómicas y a estudiar la desviación magnética.
El viaje continuó hacia Quito, donde Humboldt y Bonpland intentaron escalar el Chimborazo, que en ese momento se consideraba la montaña más alta del mundo. Aunque no lograron llegar a la cima, alcanzaron una altitud récord para la época, y sus observaciones sobre la gradación de la temperatura y la distribución de la vegetación sentaron las bases de la biogeografía moderna.
Durante su estancia en Perú, Humboldt estudió el uso del guano como fertilizante y midió la temperatura de la corriente fría que fluía a lo largo de la costa peruana, corriente que hoy lleva su nombre: la corriente de Humboldt.
Un Legado Inconmensurable
El gran viaje de Humboldt por América terminó en 1804, después de cinco años y más de 10,000 kilómetros recorridos. Junto a Bonpland, había explorado y documentado una gran cantidad de especies animales, plantas y fenómenos geográficos, lo que convirtió su expedición en una de las más ambiciosas de la historia.
Entre 1804 y 1827, Humboldt vivió en París, donde recopiló toda la información obtenida durante su viaje. El resultado fue su monumental obra "Viaje a las regiones equinocciales del nuevo Continente", compuesta por 33 volúmenes. Aunque Bonpland regresó a América para casarse y continuar su trabajo, Humboldt permaneció soltero, dedicado por completo a sus investigaciones.
A lo largo de su vida, Humboldt continuó publicando trabajos científicos y en 1827 se trasladó a Berlín para trabajar para el rey de Prusia. Su obra más ambiciosa, "Cosmos", un compendio de todas las ciencias naturales conocidas hasta entonces, quedó inconclusa a su muerte en 1859, con solo cinco libros publicados.
Alexander von Humboldt fue, sin duda, un pionero en el campo de la exploración científica. Su pasión por la naturaleza y su enfoque interdisciplinario de la ciencia lo convirtieron en uno de los más grandes pensadores de su tiempo. Su influencia se siente aún hoy, no solo en la geografía y las ciencias naturales, sino también en la forma en que entendemos el mundo.