Chang’e 6 despega exitosamente Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
3 mayo, 2024
El viernes 3 de mayo de 2024 a las 5:27 pm hora local, equivalente a las 3:27 a.m. del centro de México, despegó la misión Chang’e 6. Su objetivo es obtener muestras de la cara oculta de la Luna.
37 minutos después del despegue la nave se separó del cohete que la impulsó. Entró a su órbita prevista entre la Tierra y la Luna de acuerdo con la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA, por sus siglas en inglés).
Un despegue exitoso hacia la Luna
El encargado de llevar al espacio a Chang’e 6 fue un cohete Gran Marcha-5. Despegó desde el Sitio de Lanzamiento de Naves Espaciales de Wenchang, ubicado en la provincia de Hainan, en el Mar de China Meridional.
La órbita que alcanzó se ubica a una altitud de perigeo de 200 kilómetros y su apogeo es de 380,000 kilómetros. De acuerdo con la CNSA el lanzamiento fue un éxito.
Esta misión se propone ser la primera en recolectar muestras de la cara oculta de la Luna. Esta es una región que se ha explorado muy poco y es de gran interés para la comunidad científica.
Chang’e 6 se dirige hacia un cráter de impacto conocido como “cuenca Apolo”. Este se ubica dentro de la cuenca Aitken, en el polo sur lunar, en la cara oculta. Sus características son únicas y permitirá estudiar el origen y la evolución de nuestro satélite natural.
“Si la sonda Chang'e-6 logra su objetivo, proporcionará a los científicos las primeras pruebas directas para comprender el entorno y la composición de los materiales de la cara oculta de la Luna, lo que es de gran importancia”, explicó Wu Weiren a la agencia oficial china Xinhua. Él es miembro de la Academia de Ingeniería de China y diseñador jefe del programa de exploración lunar del país.
La sonda incluye cuatro componentes, igual que su predecesora Chang’e 5. Cuenta con un orbitador, un módulo de alunizaje, un módulo de ascenso y un módulo de retorno.
El itinerario de la misión considera 53 días. Durante ellos se hará el viaje a la Luna, la toma de muestras y el regreso del contenedor con muestras.
El primer paso es la llegada a la Luna. Después se realizará un descenso suave sobre la superficie en la cara oculta. En las 48 horas posteriores al alunizaje se extenderá un brazo robótico que recogerá rocas y regolito lunar. Para esto un taladro hará perforaciones en el suelo.
Mientras se toman las muestras se realizarán trabajos científicos y de detección. Las muestras se colocarán en un contenedor que se sellará y viajará hacia el orbitador en el módulo de ascenso.
El módulo de retorno viajará de vuelta a la Tierra. Aterrizará en la región autónoma de Mongolia Interior, al norte de China. Las muestras permitirán conocer un lado de nuestro satélite natural que, de acuerdo con las imágenes de teledetección, es muy distinto al que estamos acostumbrados.
Una cara oscura y desconocida
Hay un detalle curioso con la Luna que hace que conozcamos apenas una parte de su superficie. Su periodo de rotación dura lo mismo que su órbita alrededor de la Tierra. Esto hace que siempre veamos la misma cara. No es que una de sus caras carezca de luz, lo que pasa es que nunca la vemos.
Mientras que la cara visible es relativamente plana, la cara oculta tiene muchos cráteres de impacto de diferentes tamaños. También existen menos mares que en la cara visible. La comunidad científica sospecha que la corteza lunar en la cara oculta es más gruesa que la del lado visible.
El objetivo de Chang’e 6 es la cuenca cuenca Aitken. Se formó por una colisión hace más de 4,000 millones de años. Su diámetro es de 2,500 kilómetros, una distancia similar a la que separa a la Ciudad de México y Mexicali por carretera (2,600 kilómetros). Su profundidad es de 13 kilómetros.
Es el cráter de impacto más antiguo de la Luna. Además, es uno de los más grandes en el sistema solar. Esto permitirá explorar el pasado de la Luna.
La misión tiene varios retos. En 2019 Chang’e 4 alunizó en la cara oculta; sin embargo, el terreno accidentado sigue siendo una complicación para el alunizaje.
Para mantener la comunicación con la nave se envió a principios de año al satélite Queqiao-2. Su nombre se traduce como “Puente de la urraca-2”. Su órbita es altamente elíptica y fija.
Se espera recolectar 2 kilogramos de muestras, aunque las posibilidades reales por ahora son inciertas. La misión además incluye instrumentos científicos de origen francés, italiano y sueco. Además, lleva un satélite pakistaní junto con el orbitador.