¿Cómo imaginar una ciudad iluminada por seres vivos? Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
3 mayo, 2022
En la última visita de Coldplay a México se promocionó el uso de energía renovable. Un espectáculo donde los asistentes usan bicicletas fijas para generar energía eléctrica y llevan pulseras led reutilizables es una forma de promocionar el cuidado ambiental; sin embargo, falta mucho por experimentar en esta área.
En la ciudad francesa de Rambouillet, a 50 kilómetros al suroeste de París, decidieron ir más allá. Ahora se prueba un sistema de iluminación bioluminiscente basado en bacterias marinas. Aún es pronto para considerarlo una competencia directa de los sistemas actuales de alumbrado público, pero ya se están probando alternativas.
Iluminación viva y otras opciones menos contaminantes
En la naturaleza existen distintas formas de bioluminiscencia. Las luciérnagas atraen a parejas potenciales gracias a su brillo. Fuera de los bosques, en un terreno más húmedo, algunas algas se iluminan ante la agitación del agua. En las profundidades del océano algunos peces como el rape común atraen a sus presas con el brillo de bacterias que cubren un lóbulo en su cabeza.
El color en estos seres bioluminiscentes varía de acuerdo con su entorno. En el caso de los seres marinos la luz suele ser entre azul y verde, la longitud de onda de estos colores ayuda a que viaje más lejos. Sobre la tierra existen otros seres de brillo amarillo como las luciérnagas y algunos caracoles. Existe incluso un escarabajo americano que en su etapa larvaria brilla en colores rojo y amarillo verdoso. Al sur de África existen roedores nocturnos con pelo que brilla en color rosa.
Una ciudad iluminada por seres vivos
En Rambouillet ya existen algunas lámparas bioluminiscentes funcionando. El origen de este brillo es una bacteria llamada "Aliivibrio fischeri". Este ser microscópico que habita las costas de Francia se almacena en tubos rellenos con agua salada. En vez de consumir energía eléctrica, estas lámparas consumen el alimento de las bacterias. Actualmente la energía eléctrica se produce en gran medida a partir de la quema de combustibles fósiles. Las lámparas bioluminiscentes evitan este proceso contaminante; sin embargo, aún falta mucho para verlas en acción por las calles de las ciudades mexicanas.
Dentro del tubo de las lámparas bioluminiscentes se mezclan algunas sustancias. Además del agua incluyen nutrientes para las bacterias. La pieza final, y la que permite encender y apagar es el oxígeno. Cuando se corta el flujo de oxígeno las lámparas se apagan porque la bacteria pasa a un estado anaeróbico. Este proyecto está a cargo de la empresa Glowee. Con esto se propone crear una forma eficiente energéticamente y sostenible para obtener iluminación.
La bioluminiscencia es una alternativa para obtener la luz que requieren las actividades humanas. Sandra Rey, quien es fundadora de Glowee comenta que la forma en que producimos luz ha cambiado poco desde que se inventó la bombilla eléctrica en 1879. Actualmente son populares las lámparas LED, que se inventaron en la década de los 60 del siglo XX, aunque consumen una cantidad menor de energía eléctrica siguen consumiéndola.
Rambouillet firmó un contrato con Glowee en 2019 por 109 mil dólares estadounidenses. El objetivo es convertir a la ciudad en un "laboratorio de bioluminiscencia a gran escala". Por ahora la compañía produce dispositivos para iluminación de eventos.
El siguiente paso es enfocarse en el mobiliario urbano como bancas exteriores con iluminación propia. Aún quedan retos por superar como aumentar la vida útil de las lámparas que por ahora duran unos días y en el mejor de los casos semanas. También debe aumentarse la potencia, las lámparas que produce Glowee alcanzan 15 lúmenes por metro cuadrado, que es poco en comparación con los 25 que se requiere como mínimo para el alumbrado público.
El experimento de Rambouillet no es el único. En otras partes del mundo ya se desarrollan otros dispositivos basados en bioluminiscencia. Ejemplo de esto es la empresa canadiense Nyoka Design Lab que se enfoca en investigar con enzimas. "La enzimología ha avanzado hasta el punto de que ya no tenemos que depender de los sistemas sustentados por células", comenta Paige Whitehead, quien es fundadora de la compañía.
Otros equipos de Investigación han conseguido iluminar plantas con 10 mil millones de fotones por minuto, esto ocurrió en Moscú (Rusia) y los resultados se publicaron en 2020. La lista de experimentos que han mostrado algún grado de éxito es larga. Por ahora la iluminación con bioluminiscencia parece ciencia ficción pero ya da sus primeros pasos para dejar de serlo.