¿Cómo se miden los temblores? Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
16 septiembre, 2023
Quienes vivimos en una zona sísmica recordamos bien algunos números, por ejemplo 7.4 y 8.1, ambos remiten a temblores ocurridos el 19 de septiembre. ¿De dónde salen esas cifras?
La magnitud de un sismo nos ayuda a dimensionar su tamaño y la energía que liberó. Con ella podemos comparar y tener un punto de referencia cuando ocurre uno nuevo.
Medidas para un sismo
Los sismos se miden en una escala logarítmica. Este tipo de escalas se usa cuando la variación entre los distintos grados es muy amplia. La diferencia entre una magnitud y la siguiente es muy grande en este caso.
Cada grado en la escala de magnitud de los sismos equivale a la raíz cuadrada de 1,000 más que el anterior. La raíz cuadrada a de 1,000 equivale a 31.6227766016, que podemos redondear a 32.
En términos más sencillos, un sismo de magnitud 2 es aproximadamente 32 veces más intenso que uno de magnitud 1, uno de magnitud 3 es aproximadamente 32 veces más intenso que el de magnitud 2 y así sucesivamente.
Las magnitudes más altas son mucho más intensas que las primeras y la diferencia es muy grande entre ellas. Por eso un sismo de magnitud 7 es mucho más fácil de percibir y tiene un poder destructivo mucho mayor que uno de magnitud 6.
La magnitud se calcula a partir de algoritmos informáticos. Se usan pocos datos para hacer el cálculo y así se obtiene el cálculo rápidamente. Los métodos que usan diferentes agencias sismológicas para los valores preliminares no son los mismos, por eso las mediciones llegan a tener algunas diferencias.
Unos minutos después que pasó el temblor se pueden analizar más datos. Con esto se hace un cálculo más preciso de la magnitud.
Posteriormente se hace una revisión final procesando más datos. Con esto se obtiene el valor definitivo de la magnitud. Es poco común que los valores de las diferentes agencias sea distinto para este punto pero llegan a aparecer pequeñas diferencias.
Diferentes tipos de magnitudes
Existen diferentes tipos de magnitud. Entre sus diferencias está que se obtienen con métodos distintos y los datos que usa cada una no son necesariamente los mismos.
Para comenzar está la magnitud local. También se le conoce como magnitud Richter, por Charles F. Richter, quien la propuso en 1935. Se diseñó para medir sismos en California con instrumentos específicos. Esta escala tiene limitaciones por el tipo de datos que usa y dejó de ser usada como referente.
La magnitud de Coda se calcula a partir de la duración en el registro del sismo. También considera la distancia entre el epicentro y la estación que recopila los datos. En el sismograma la señal decrece al final del sismo hasta volver al nivel previo. La duración de esta coda es proporcional al tamaño del sismo. Algunos factores como el tipo de suelo también influyen en ella.
La magnitud de ondas de cuerpo funciona hasta magnitudes de entre 6.5 y 6.8. Se calcula a partir de la amplitud máxima de las ondas de cuerpo que registran los sismogramas en periodos de oscilación de 1 segundo. A partir de las magnitudes mencionadas ocurre una saturación y no es posible determinar su valor.
La magnitud de ondas superficiales también se basa en amplitudes máximas pero de las ondas en la superficie (generalmente ondas de Rayleigh). Los periodos de oscilación en este caso son de entre 18 y 22 segundos. Funciona con sismos de mayor intensidad que la magnitud de ondas de cuerpo. Sin embargo, a partir de magnitudes entre 8.3 y 8.7 también se satura.
La magnitud de momento es la más robusta y confiable. Se determina con base en el momento sísmico. El momento sísmico es una cantidad proporcional al área de ruptura y el deslizamiento en ella. Su cálculo es complejo y se puede realizar mediante diversos métodos. Se requieren entre 15 y 30 minutos después del sismo para determinar esta magnitud.
Finalmente, está la magnitud de energía. Esta es proporcional a la energía que irradió el sismo a partir de ondas. Su cálculo es complicado y las agencias no lo reportan en los primeros días tras el sismo.