Cráteres con nombres de mexicanos en la Luna
6 marzo, 2024
Los cráteres son una marca inconfundible de la superficie de la Luna. Se tienen registrados 1,600 de ellos y la Unión Astronómica Internacional seguirá reconociendo nuevos cada vez que se descubra alguno nuevo.
Los cráteres de nuestro satélite natural han recibido nombres de científicos, artistas, exploradores, eruditos y también cosmonautas y astronautas. Un par de ellos llevan nombres de científicos mexicanos.
Del ombligo de la Luna a la superficie de la Luna
El nombre de nuestro país proviene del náhuatl y podría traducirse al español como “en el ombligo de la Luna” o “en el centro del lago de la Luna”. No debería extrañarnos que algunos cráteres de ese objeto celeste, tan importante para México, lleven nombres de personas notables de esta nación.
A diferencia de la Tierra, la Luna no tiene atmósfera. Esto permite que todo tipo de objetos que viajan por el espacio se impacten en su superficie y formen cráteres.
Gran parte de la superficie de la Luna ha recibido impactos de asteroides, que formaron sus cráteres. También tiene planicies que se formaron a causa del vulcanismo y se llaman “mares”.
Los cráteres más grandes llevan los nombres de Tycho, Copérnico, Aristarco y Grimaldi, todos ellos hicieron aportes importantes a la astronomía. Dos cráteres en la Luna llevan nombre de científicos mexicanos.
Luis Enrique Erro Soler
En 1970 un cráter en la cara oculta de la Luna recibió el nombre de Erro. La Unión Astronómica Internacional asignó este nombre al cráter que rodea el mar Smith. Su diámetro es de 64 kilómetros.
El cráter Erro tiene 5 cráteres periféricos. Erro D tiene un diámetro de 28 kilómetros. El diámetro de Erro J es de 14.5 kilómetros. Por su parte Erro K mide 18.8 kilómetros de diámetro. El diámetro de Erro T es de 15 kilómetros. Finalmente, Erro V tiene un diámetro de 17 kilómetros.
Luis Enrique Erro Soler nació el 7 de enero de 1897. Estudió ingeniería civil en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Cursó posgrados en el Observatorio de la Universidad de Harvard y posteriormente en los de Cambridge y Massachussets.
Investigó estrellas variables y estrellas ráfaga, de las que descubrió 20. Fue fundador del Observatorio de Tonantzintla que se inauguró en 1942.
También impulsó la educación técnica. Participó en la creación de la Escuela Superior de Ingenieros Mecánicos y Electricistas (ESIME) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN); actualmente el planetario del IPN ubicado en Zacatenco lleva su nombre. También fue precursor del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE).
Nabor Carrillo Flores
Unos años después del cráter Erro, en 1979, se dio nombre al cráter Carrillo. Este se ubica en la parte visible de la Luna, cerca del extremo oriental del mar de Smith. Su diámetro es de 17.85 kilómetros.
El mejor momento para observar el cráter Carrillo es cuando la luna está en fase creciente y hace el movimiento de libración hacia el oeste. Se puede o observar con un telescopio estable, no muy grande.
Nabor Carrillo Flores nació el 23 de febrero de 1911. Estudió ingeniería civil en la UNAM y posteriormente fue rector de la misma institución. Posteriormente estudió el doctorado en ciencias en la Universidad de Harvard.
A partir de 1947 Nabor Carrillo fue coordinador de investigación científica en la UNAM. Se dedicó a fomentar el estudio de la física nuclear. Creó el laboratorio Van de Graaff, el primero en Latinoamérica. También participó en pruebas nucleares en Atolón de Bikini en 1946.
En 1956 recibió en doctorado Honoris Causa por la Universidad de Michigan. Se le otorgó la condecoración Legión de Honor de Francia. Recibió el Premio Nacional de Ciencias en 1957. Dedicó el resto de su vida a la investigación sobre energía nuclear.
¿Más mexicanos en la Luna?
Por ahora son dos cráteres lunares los que llevan nombres de mexicanos. Es mucho lo que queda por descubrir de nuestro satélite natural. Así que no podemos descartar que en el futuro algún nuevo cráter reciba el nombre de algún otro científico mexicano.