¿Cuándo y dónde se domesticaron los pollos? Copiar al portapapeles
POR: Deyanira Almazán
9 junio, 2022
El pollo es uno de los alimentos básicos en la dieta de muchos seres humanos. Un par de estudios publicados recientemente indagan en el origen de la relación entre nuestra especie y estas aves.
Investigaciones previas proponían que la domesticación de los pollos se dio en Asia, la fecha propuesta era hace 10 mil años en China o la India, siguiendo esa lógica se estimaba que estas aves llegaron a Europa hace 7 mil años.
Sin embargo, el par de artículos publicados por las revistas científicas Antiquity y Proceedings of the National Academy of Science (PNAS) ubican el acercamiento de humanos y pollos mucho tiempo después, hace apenas 3 mil 500 años aproximadamente.
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En sus primeros acercamientos, las aves que precedieron a los pollos domesticados fueron vistas como exóticas. Muchos siglos después comenzó a recurrir a estas aves como comida. En un inicio las aves se acercaron a los seres humanos a causa de otro alimento: el arroz. Antes de pensar en comer un pollo, los seres humanos empezaron a sembrar arroz, lo que despertó el interés de las aves.
Cuando los agricultores del sur de Asia comenzaron a producir arroz seco atrajeron la atención de las gallinas rojas de la jungla. Estas aves vivían en los árboles pero poco a poco fueron acercándose más a los seres humanos.
Este proceso de domesticación comenzó alrededor del año 1,500 antes de la era común en la península de Indochina. Los pollos se distribuyeron primero en Asia. Posteriormente, las rutas comerciales de los antiguos griegos, etruscos y fenicios las llevaron al mar Mediterráneo.
Los huesos más antiguos de pollo que se estudiaron pertenecen al periodo neolítico. Fueron hallados en Ban Non Wat, una población en el centro de Tailandia. La fecha a la que pertenecen de acuerdo con los análisis de radiocarbono es de entre el 1,650 y el 1,250 antes de la era común.
Se realizaron pruebas de radiocarbono a 23 candidatos a ser los huesos más antiguos de pollo; los lugares de procedencia de los otros huesos eran el oeste de Eurasia y el noroeste de África.
Para sus estudios, los investigadores recurrieron a 600 sitios en 89 países. De ellos se examinaron esqueletos, ubicaciones de entierros y registros históricos sobre cómo fueron encontrados los entierros. Gracias a este análisis confirmaron que no había presencia de pollos en Europa antes del año 800 antes de la era común.
Al menos pasaron otros mil años para que los pollos lograran adaptarse a climas fríos como los de Escocia, Irlanda, Islandia o Escandinavia. El estudio de tumbas fue importante porque los primeros pollos europeos fueron enterrados.
En un principio, los pollos fueron venerados en Europa, así ocurrió durante la Edad de Hierro. Los investigadores encontraron distintos tipos de entierros, en algunos casos los pollos estaban solos y en otros acompañando personas; se conocen entierros de hombres acompañados por pollos y mujeres por gallinas.
Fue hasta el imperio romano en que se popularizó el consumo de huevos y pollo como alimento. Entre los ejemplos históricos que se mencionan están las islas británicas donde el consumo de estas aves no fue regular hasta el siglo III de la era común y esto ocurría principalmente en ciudades y territorios militares.
Las investigaciones estuvieron a cargo de especialistas internacionales. Participaron académicos de las universidades de Exeter, Bournemouth y Oxford en Inglaterra, Munich en Alemania, Cardiff en Gales, Toulouse en Francia. También colaboraron académicos de diversas universidades e institutos de Alemania, Argentina y Francia.
El artículo publicado por Antiquity lleva por título “Redefiniendo el tiempo y las circunstancias de la introducción de los pollos a Europa y el Noroeste de África”, tiene como primer firmante a la Doctora Julia Best de la Universidad de Cardiff.
El que aparece en PNAS se titula “Los orígenes bioculturales y la dispersión de los pollos domesticados”, su primer autor es Joris Peters de la Colección Estatal Bávara de Paleoanatomía.
Aunque ahora sea un alimento básico, el pollo tiene una relación con nuestra especie mucho más breve de lo que podríamos imaginar. “Comer pollos es tan común que la gente piensa que nunca hemos dejado de comerlos. Nuestra evidencia muestra que nuestra relación pasada con los pollos era mucho más compleja, y que durante siglos los pollos fueron celebrados y venerados”, comenta la profesora Naomi Sykes de la Universidad de Exeter.
Según parece, nuestro camino en común es mucho más corto de lo que nos hace pensar la gran variedad de menús que incluyen a esta ave.