De cómo un mito moderno nació en un pequeño pueblo de Nuevo México Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
2 julio, 2024
El 2 de julio de 1947 ocurrió un evento que ayudó a que el mundo conociera el nombre de Roswell, Nuevo México. Ese día un objeto se estrelló en el pueblo, algunos días después se reportó a las autoridades, fue una noticia efímera, hasta tres décadas después.
Para finales de la década de los 70 la historia del incidente de Roswell tomó popularidad gracias a que se convirtió en la sede de un fenómeno de la cultura popular: los objetos voladores no identificados (OVNIS). Aunque el objeto que se estrelló en Roswell sí estaba identificado pero a los creyentes del fenómeno les gusta pensar que se trata de un invento del gobierno para encubrir la “verdad”.
Miedos tradicionales con tecnología del siglo XX
Al tratar sobre temas pseudocientíficos siempre servirá como referencia Carl Sagan, quien solía advertir de los riesgos de las creencias sin fundamento. Uno de los temas recurrentes en “El mundo y sus demonios” es el fenómeno OVNI.
Sagan narra un evento ocurrido en 1645. Los platillos voladores son una creencia del siglo XX pero este relato recuerda mucho de la mitología OVNI.
Anne Jefferies, una adolescente fue encontrada tirada en el suelo en Cornualles, Inglaterra. Estaba inconsciente. Al despertar recordó lo que había ocurrido y para los fanáticos del fenómeno OVNI aparecerán algunas similitudes.
Un grupo de media docena de hombrecillos la paralizaron. Después la llevaron a un castillo en el aire. Ahí la sedujeron. Finalmente, la regresaron a casa.
La conclusión de aquella época fue que se trató de hadas. Sagan sugiere que si Anne Jefferies hubiera vivido en una cultura con interés por los extraterrestres y OVNIS no habría diferencia entre su historia y las que cuentan los abducidos.
Para cerrar con Sagan. En el libro citado menciona una encuesta realizada por Roper en 1992. Después de señalar fallas en su metodología, menciona que la conclusión a la que llegaban los encuestadores era que el 2% de los estadounidenses habían sido abducidos, algunos varias veces. De aquí Sagan proyecta que si eso pasaba con la población estadounidense, en el mundo debía haber más de cien millones de personas abducidas; con esa cantidad alguna prueba convincente debería existir.
Las abducciones son una parte indispensable de la mitología OVNI. Series de ficción como The X-Files han popularizado este tipo de eventos. Aunque en los inicios de la fiebre por los objetos voladores no identificados los abducidos habrían sido los supuestos visitantes interplanetarios.
Regresando con Roswell, entre los relatos que aparecieron décadas después del evento se menciona que entre los restos del accidente había cuerpos de extraterrestres. Incluso a mediados de la década de los 90 se popularizó un video donde supuestamente se realizaba una autopsia a uno de los cuerpos encontrados en Roswell. Para quienes quieran detalles sobre el video, el documental “Eamonn Investigates ,The Alien Autopsy”, será de interés.
A partir de 1978 comenzaron a aparecer los supuestos testigos del caso Roswell. Entre ellos había quienes vieron los restos del objeto que se estrelló o quienes afirmaban que estuvieron en la base militar a la que los llevaron.
Un personaje que resalta de esta época es Frank J. Kaufmann, quien sirvió como fuente principal de las “evidencias” del evento. Kaufmann trabajaba como personal no calificado en las oficinas civiles de la base aérea de Roswell. Esto le sirvió para ser la fuente principal en gran parte de lo que se ha escrito sobre Roswell.
En 2002 tres investigadores revisaron los documentos de Kaufmann con autorización de su viuda. Fueron Benson Saler, Charles A. Ziegler, y Charles B. Moore. Su conclusión fue que Kaufmann falsificó documentos y contó historias falsas durante un par de décadas. Así lo relatan Rafael Galán y Blanca Cortés en un artículo publicado por Esquire en 2021.
Y finalmente queda el dato de lo que se estrelló en Roswell para mucho tiempo después dar lugar a todo tipo de relatos fantásticos de la era espacial: el reflector de un radar aerostático del gobierno estadounidense. Formaba parte del proyecto Mogul, con el que se buscaba espiar los avances en tecnología nuclear de la ex Unión Soviética desde la tropopausa.
La historia de un platillo volador con cadáveres extraterrestres funcionó por algunas décadas para cubrir la recolección de basura de un intento fallido de espionaje en los inicios de la guerra fría. Además, el pequeño pueblo de Roswell encontró una buena fuente de ingresos por turismo OVNI algunas décadas después.