Descubren en Israel un fósil que cambia la historia del Homo sapiens Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
28 mayo, 2019
Por: Luis Moctezuma
La versión de la historia que tenemos sobre los orígenes del hombre se modifica constantemente. La más aceptada hasta ahora considera que los Homo sapiens comenzaron a salir del continente africano entre 90 mil y 120 mil años atrás, aunque los descubrimientos recientes de fósiles muestran que esto ocurrió mucho antes. Recientemente la revista Science publicó un artículo, a nombre de la Asociación Americana por el Avance de la Ciencia, que da cuenta del trabajo de investigación sobre restos humanos encontrados en el monte Carmelo, cerca de la ciudad de Haifa, en Israel.
La pieza clave para esta investigación fue una mandíbula superior con la mayoría de sus dientes. Esta fue encontrada en 2002 por un grupo de estudiantes en la cueva Misliya. La exploración de este espacio permitió descubrir otro tipo de restos humanos como herramientas que se tienen documentadas en África desde mucho antes. Después de las pruebas correspondientes se concluyó que la mandíbula tiene una antigüedad de entre 177 mil y 194 mil años. De esta forma serían los restos de un humano moderno más antiguos fuera de África.
¿Cómo se imagina la migración humana fuera de África?
Los restos humanos más antiguos fueron encontrados en Marruecos y datan de hace 300 mil años. Se cree que los Homo Sapiens empezaron a distribuirse por el mundo durante el Pleistoceno, hace aproximadamente 120 mil años. Con la mandíbula de Misliya comienzan a barajarse nuevas hipótesis sobre en qué momento el ser humano dejó su continente natal.
Los resultados de estudios genéticos hacen pensar que esta migración debió comenzar aproximadamente hace 220 mil años. Israel Hershkovitz de la Universidad de Tel Aviv, miembro del equipo de investigación, sugiere que esto nos lleva a pensar que el hombre existe en la tierra desde mucho más que hace 300 mil años.
Se cree que en aquella época diferentes ancestros del hombre coexistían. En el periodo en que vivió el dueño de la mandíbula de Misliya existían distintas especies de homínidos emparentados con el ser humano actual: Homo erectus, neandertales, Homo floresiensis, homínidos de Denisova, además del Homo sapiens. Esta existencia común permitió una mezcla entre las distintas especies, que aún es reconocible en la información genética de los humanos actuales.
Para confirmar el origen de la mandíbula se realizaron pruebas genéticas. En fósiles encontrados en otras partes del mundo se encuentra influencia genética de otras especies de homínidos y por eso las pruebas fueron tan importantes. Los resultados hacen afirmar a Juan Luis Arsuaga de la Universidad Complutense de Madrid, miembro del equipo que analizó los restos, que se trata de los restos de homo sapiens más antiguos fuera de África.
¿Qué más se encontró junto con la mandíbula?
Dentro de la cueva de Misliya también se encontraron herramientas de piedra. Los instrumentos están hechos bajo la técnica conocida como Levallois, llamada así por haber sido descubierta cerca de la ciudad francesa de Levallois-Ferret. Esta tecnología se reconoce en instrumentos encontrados en África de épocas anteriores y demuestra el uso de pensamiento abstracto. La presencia de estas herramientas hace pensar que los habitantes de la cueva ya dominaban el fuego y practicaban la caza de animales de gran tamaño.
Estos instrumentos son motivos de sospecha sobre la forma en que llegó la mandíbula ahí. Estas herramientas se estiman en una edad de aproximadamente 179 mil años, esto gracias a las mediciones isótopos de uranio por decaimiento (con un rango de error de más menos 48 mil años). Alistair Pike de la Universidad de Southampton en el Reino Unido, comenta que la exposición a rayos X con la que se escaneó el fósil pudo alterar la medición. Una de las explicaciones que se manejan es que los restos de la mandíbula pudieron haber llegado ahí junto con las herramientas, como parte del equipo.
Confusiones y malentendidos
La región en que se encontró la mandíbula se ha prestado a interpretaciones de todo tipo. Incluso uno de los participantes en la investigación, Juan Luis Arsuaga, hizo notar que el hecho de hallarse cerca de Tierra santa le daba un poco de morbo al descubrimiento. Tradicionalmente los grupos religiosos se han rehusado a aceptar la teoría de la evolución como válida; sin embargo, en esta ocasión la expectativa es que el tema al menos se comente en estos círculos.