Einstein y Darwin, dos genios que compartían patrones al escribir cartas Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
18 abril, 2024
Tanto Albert Einstein como Charles Darwin revolucionaron el pensamiento científico de sus épocas. Ambos murieron en fechas cercanas: el 18 y 19 de abril, respectivamente, con 73 años de distancia.
Sin embargo, hay otros detalles más sutiles en que coinciden estos dos científicos. Un estudio publicado hace un par de décadas por la revista Nature rastreó patrones de escritura en la correspondencia de ambos.
¿Cómo escribían cartas Einstein y Darwin?
El estudio fue realizado por João Gama Oliveira y Albert-László Barabás del Centro para Investigación de Redes Complejas y Departamento de Física de la Universidad de Notre Dame.
El primer detalle que resaltan los autores es que ambos científicos priorizaban las respuestas a su correo de una forma similar a como contestamos actualmente nuestro correo electrónico.
Darwin vivió entre 1809 y 1882, mientras que Einstein lo hizo entre 1879 y 1955. En las épocas que vivieron ambos era común la correspondencia abundante.
Podríamos pensar que la forma de escribir ha cambiado en la era de internet. Lo que los autores se propusieron analizar es si realmente ocurrió así. Lo que encontraron es que siguen las mismas leyes de escala que los correos electrónicos actuales.
Entre las diferencias está el tiempo de respuesta. Este se describe con un exponente de escala diferente al de la actual comunicación por correo electrónico. Para los investigadores, esto hace evidente un fenómeno nuevo en la dinámica de comunicación humana.
Si consideramos las cifras, ambos científicos escribían a ritmos distintos. Durante su vida, Darwin escribió al menos 7,591 cartas y recibió 6,530. Por su parte, Einstein escribió 14,500 y recibió más de 16,200.
Para el estudio se recurrió a un registro que incluía remitente, destinatario y fecha de envío o recepción por parte de los científicos. El momento en que aumenta la correspondencia de ambos es cuando comenzaron a obtener fama y a partir de ahí aumenta en ambos casos.
En sus últimos 30 años de vida ambos científicos mantuvieron un promedio alto de escritura de cartas. Darwin escribió 0.59 cartas en promedio al día y Einstein 1.02. Durante el año la distribución de la escritura no era uniforme.
En fechas específicas la correspondencia de ambos científicos aumentaba. Por ejemplo, año nuevo era una fecha muy activa para Darwin, en 1874 escribió 12 cartas ese día. En 1949, durante su cumpleaños número 70, Einstein recibió 120 cartas.
Entre los hallazgos de los investigadores está que ambos científicos tardaban hasta 10 días en contestar cartas urgentes; 53% en el caso de Einstein y 63% para Darwin. Por otro lado, algunas cartas tardaban meses e incluso años para obtener respuesta.
Actualmente el tiempo de espera en la respuesta de correos electrónicos es similar. De acuerdo con el estudio, se respetan las mismas leyes matemáticas y patrones.
Para contestar sus cartas, tanto Darwin como Einstein establecían jerarquías. Los investigadores crearon un modelo para evaluar la tasa de respuesta de ambos científicos. Mientras que Darwin contestaba a una tasa de 0.32, Einstein lo hacía a una de 0.24.
Una parte de las cartas que recibía cada uno de estos dos científicos jamás obtenía respuesta. Al analizar la distribución de las respuestas, los investigadores concluyeron que aunque los tiempos de respuesta siguen las mismas leyes de escala, pertenecen a leyes de universalidad diferentes.
Así como nos ocurre actualmente con el correo electrónico, Darwin y Einstein dejaron cartas sin respuesta por mucho tiempo. Un ejemplo célebre es una carta que Einstein contestó el 14 de octubre de 1921 a Theodor Kaluza, dos años después de haber sugerido al físico y matemático alemán de no publicar un artículo.
En su respuesta a Kaluza, Einstein menciona que lo ha reconsiderado y sí valdría la pena publicar el artículo. Ahí se encontraba uno de los componentes clave para la teoría actual de cuerdas: la teoría del campo unificado de 5 dimensiones.
Darwin y Einstein también dejaron una larga lista de correos sin contestar por mucho tiempo, así como nosotros lo hacemos con el correo electrónico. Para João Gama Oliveira y Albert-László Barabás este es un patrón fundamental de las dinámicas de comunicación humana.