El 2020 mostró que nuestra relación con la naturaleza está rota Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
10 septiembre, 2020
En portada: Luis Barreto para WWF
Desde 1970 se ha perdido el 68% de la población en distintas especies animales. En este grupo se incluyen mamíferos, aves, peces, anfibios y reptiles. El periodo que abarca el estudio realizado por la Fundación Mundial para la Vida Silvestre (WWF, por sus siglas en inglés) analiza el periodo que va de 1970 a 2016; aún así, se enmarca claramente en el contexto actual en que la degradación del medio ambiente nos ha llevado a una pandemia.
2020, el año que nos forzó a detenernos
The Living Planet Report (Reporte de Vida en el Planeta), es un documento elaborado por la WWF, en el cual colaboran especialistas de distintas partes del mundo. Entre sus conclusiones está la invitación a cambiar la forma de proceder de nuestra especie en distintos aspectos. Proteger la vida silvestre, producir comida de formas más eficientes y cambiar nuestras elecciones alimenticias son algunas de las sugerencias.
“Cambiar el uso de suelo, ya sea para agricultura, energía, transporte o habitación, tiene un impacto profundo en la biodiversidad como lo muestran muchas plantas y animales que no logran sobrevivir en un ambiente modificado, y lo que queda de naturaleza salvaje no es lo suficientemente grande para mantener a las especies”, explica el Doctor Tim Newbold del Centro de Biodiversidad e Investigación Ambiental de la UCL, quien participó en el estudio. “Esto está afectando la composición de plantas y animales, como los generalistas ecológicos que son más capaces de sobrevivir mientras que las especies especialistas se extinguen”, agrega.
En el reporte de la WWF se reconocen casos preocupantes de especies que han reducido dramáticamente sus poblaciones. Ejemplo de esto es el gorila de tierras bajas del este, aún cuando habita en el Parque Nacional Kahuzi-Biega, en República Democrática del Congo, entre 1994 y 2015 disminuyó en 87% su población; en este caso la cacería ilegal ha jugado un papel importante. Otro caso significativo es el loro gris africano que habita el suroeste de Ghana y que ha perdido 99% de su población; aquí las causas son el tráfico ilegal y la pérdida de su hábitat.
Para el reporte se analizó a casi 21 mil poblaciones de más de 4 mil especies de vertebrados. Los más afectados en el periodo de estudio (entre 1970 y 2016) fueron las especies de agua dulce; sus poblaciones disminuyeron en promedio 84%, lo que equivale a 4 % por año desde 1970. La situación no es la misma para todas las especies pero el panorama general es de pérdida en su número poblacional.
En un artículo publicado de forma paralela en la revista científica Nature se exponen dos áreas principales para revertir esta situación. Por una parte, se sugiere detener la degradación de suelos; esto incluye balancear los usos productivos y de conservación. Por otro lado, se pide una transformación en el sistema alimentario; en este caso se propone reducir el desperdicio, practicar dietas con menor impacto para el ambiente y promover el comercio sustentable.
“La agricultura es el mayor contribuyente para el cambio de uso de suelo que daña la biodiversidad, por eso es indispensable que encontremos formas de reducir el impacto ambiental de nuestro sistema alimenticio. Métodos de agricultura más eficientes, reducir el desperdicio de comida y cambiar hacia una dieta basada en plantas que requieran menos suelo, será necesario para preservar las plantas y animales de todo el planeta”, afirma Adrienne Etard, estudiante de posgrado en el Centro de Biodiversidad y Estudios Ambientales de la UCL, quien participó en el estudio.
Existen diversos factores que afectan a la supervivencia de las especies animales; el uso de suelo es una de las más importantes. Si los ecosistemas naturales cuentan cada vez con menos espacio, el clima cambia y la población humana consume cada vez más, entonces las posibilidades de supervivencia para las especies silvestres serán cada vez más pequeñas. Por ahora vivimos una pandemia que nos da tiempo para reconsiderar nuestro rol en un mundo lleno de vida.
Fuentes: WWF, London`s Global University