El “asteroide” Higía podría convertirse en el planeta enano más pequeño del sistema solar Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
30 octubre, 2019
En 1849, cuando Higía fue descubierto se le consideró un asteroide. Recientemente, una observación a detalle y con alta resolución desde el Observatorio Austral Europeo obliga a repensar la condición de este cuerpo celeste. El análisis se hizo desde el Telescopio Muy Largo (VLT, por sus siglas en inglés), en Chile, y con la ayuda del instrumento SPHERE.
¿Un gran asteroide o un pequeño planeta enano?
Higía obtuvo su nombre en honor a la diosa griega de la curación, limpieza y sanidad. Es el cuarto objeto más grande en el cinturón de asteroides, que se encuentra entre las órbitas de Marte y Júpiter. En cuestión de tamaño encontramos antes a Ceres, Vesta y Palas. Ahora que podría reconocerse como planeta enano tomaría el lugar que hasta hace poco ocupaba Ceres como el más pequeño.
Higía se encuentra en el cinturón de asteroides y esto hacía fácil su clasificación. Si estaba ahí debía ser uno de tantos cuerpos rocosos en torno al sol. Las observaciones hechas desde el VLT nos muestran que es un objeto más complejo que eso. Además de ser diferente a los asteroides que le acompañan en su órbita, guarda otros secretos.
Los resultados de su reciente observación muestran que cumple con 4 de las 4 características para considerarse un planeta enano. En primer lugar realiza una órbita alrededor del sol. En segundo lugar está el hecho de que no es una luna que orbite algún planeta. Después tenemos que, a diferencia de los planetas, los alrededores de su órbita no están despejados. Finalmente, tiene la masa suficiente para tener una gravedad propia que le da una forma esférica, este es el gran aporte del VLT, que lo confirmó.
Además de confirmar la forma de Higía, se hicieron mediciones sobre su tamaño. Gracias a la capacidad del instrumento SPHERE se concluyó que tiene un diámetro de 430 km. El dato por sí mismo dice poco para quienes no somos profesionales de la astrofísica así que veamos algunas comparaciones. El más polémico de los planetas enanos: Plutón, tiene un diámetro de 2,400 km. Por su parte, Ceres, que ahora es el segundo planeta enano más pequeño, tiene un diámetro de apenas 950 km.
Al observar a Higía los astrónomos del VLT no sólo reconocieron su forma y tamaño, también reconocieron que falta algo que aparentemente debería estar ahí. Higía es parte de la familia de asteroides más grande (con 7 mil miembros), otra razón para no haber considerado antes que fuera un planeta enano. Al ser el miembro más grande se esperaba encontrar en su superficie rastros de un gran impacto como en el caso de Vesta y no ocurrió así.
Para explicar la falta de este enorme hueco que confirmara el impacto se recurrió a una simulación. En ella se consideró el impacto con un cuerpo de entre 75 y 150 km de diámetro. El resultado fue un violento impacto que debió ocurrir hace 2 mil millones de años en donde el cuerpo original habría quedado completamente destruído. Lo que ahora conocemos como Higía sería el resultado de la acumulación de restos del objeto anterior que con el tiempo conformaron a este planeta enano. Al mismo tiempo habrían quedado muchos fragmentos en los alrededores.
Los estudios astronómicos requieren de distintas fuentes de información. La observación del VLT fue indispensable para notar que Higía no era exactamente lo que esperábamos; no era un asteroide con un gran cráter sino un planeta enano sin rastros de una gran colisión. Por otra parte las simulaciones numéricas ayudan a comprender diferentes escenarios posibles, como la forma en que llegó a conformarse una familia tan grande de asteroides con un planeta enano como hermano mayor. Cada vez comprendemos un poco más de nuestro vecindario cósmico.