El cambio climático provoca la migración de un poblado en Alaska Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
25 octubre, 2019
Las amenazas sobre los efectos del cambio climático se están cumpliendo de distintas formas. Una de ellas es la que alerta sobre el riesgo para ciudades cercanas a cuerpos de agua. Ante un planeta cada vez más caliente, el hielo de los polos se derrite aumentando la cantidad de agua. Aunque ciudades como Londres o Nueva York aún lo ven como un riesgo a futuro, para algunos ya es una realidad. Los habitantes de Newtok, en Alaska, se ven obligados a salir de su ciudad porque las nuevas condiciones climáticas lo han vuelto inhabitable.
Una alerta de hace un par de décadas
La villa de Yup’ik, cercana al río Ninglick, cerca del Mar de Bering, ha preparado la migración por casi 2 décadas. Se trata de un asentamiento con 380 habitantes. El riesgo de inundación es cada vez mayor. Por una parte, el permafrost (que alguna vez se creyó permanente) se está derritiendo. Al mismo tiempo ha aumentado el nivel de erosión. Esto vuelve inestable el suelo y deja el riesgo, cada vez mayor, de que los edificios caigan.
En el caso de los Yup’ik el proceso ha sido largo y ordenado dentro de lo posible. Se tienen provisiones para el traslado y los edificios en riesgo ya fueron demolidos. El punto de destino es la villa de Mertarvik, 16 kilómetros al sur de la isla Nelson. La migración aún está en proceso.
Para este momento 18 familias ya se han desplazado a su nuevo hogar. Para las familias restantes la espera será mayor. Las casas que requieren estarán listas para 2023. Mientras tanto permanecerán como dos comunidades separadas. Mantener en estas condiciones a una comunidad unida será difícil pero es lo que se tiene por ahora. No se trata de un movimiento espontáneo sino que la historia se remonta varias décadas atrás.
Los Yup’ik solían ser nómadas. Así funcionó su comunidad hasta la primera mitad del siglo XX. Viajaban persiguiendo presas como focas, alces o bueyes almizcleros. En el camino recolectaban bayas y verduras silvestres. En 1949 la situación cambió. El Despacho de Asuntos Indios definió a Newtok como el punto para que se establecieran; ahí se estableció la primera escuela.
En las últimas décadas el cambio climático ha modificado ese entorno que a mediados del siglo XX parecía seguro para una antigua tribu nómada. En el hemisferio norte, en las regiones cercanas al polo, el hielo se descongela aceleradamente. Apenas medio siglo después de establecerse los Yup’ik comenzaron a planear un nuevo viaje.
En los primeros años de este siglo algunos estudios mostraron que la población podría hundirse y pasar a formar parte de los ríos cercanos. Los recursos para la construcción de una nueva villa se aprobaron desde 2003 y comenzó la construcción de algunos servicios. De los 60 hogares que se requieren se ha construído apenas la tercera parte. Los servicios públicos tampoco funcionan completamente, por ejemplo, ni el suministro de agua ni el alcantarillado funcionan por ahora.
Paralos Yup’ik el proceso de cambio seguirá. Además de un nuevo espacio para habitar tendrán que adaptarse a las condiciones. No han dejado de ser un pueblo cazador, así que deben reconocer el nuevo terreno. El momento en que vuelvan a estar todos unidos aún está lejano. Además, para un pueblo que comenzaba a arraigarse será extraño encontrar un paisaje nuevo.
La historia de los Yup’ik es un ejemplo de lo que veremos en las próximas décadas si no frenamos el cambio climático. Para una población de 380 habitantes ha sido un proceso largo, así que podemos imaginar que será mucho más complicado para las grandes urbes. Si una villa con 60 casas ha sido trabajo de casi dos décadas y no se ha concluído, qué le espera a grandes centros urbanos como la Gran Manzana o muchas otras que todavía hoy siguen creciendo.