El derretimiento de un glaciar revela un esquí de hace 1,300 años Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
15 abril, 2025
Digervarden es una montaña en el centro de Noruega. Recientemente se descubrió un esquí que de acuerdo a la datación de radiocarbono tiene 1,300 años de antigüedad.
Es el segundo que se encuentra en esta zona, el primero se descubrió hace siete años. La distancia entre los sitios donde se encontraron ambos es de apenas 5 metros.
Una pista del pasado noruego
El descubrimiento estuvo a cargo de un grupo de arqueólogos de glaciares. El cuerpo helado donde se encontraron retrocede cada vez más y esto deja al descubierto piezas arqueológicas. Cada vez se vuelve más necesario hacer investigación en esta área.
El hallazgo fue parte del Programa de Arqueología Glaciar que depende del Consejo Distrital y el Museo de Historia Cultural de Oslo. Específicamente pertenece a la iniciativa los Secretos de el Hielo.
“Este descubrimiento es innovador por dos razones. En primer lugar, demuestra que los seres humanos utilizaban las altas montañas para la caza y el transporte durante el invierno, a pesar de los considerables riesgos involucrados”, explica en un artículo de la Escuela del Clima de la Universidad de Columbia Lars Holger Pilø. Él es arqueólogo y co-director de la iniciativa.
“En segundo lugar, la notable preservación de los esquís, incluyendo sus fijaciones, nos permite crear réplicas precisas y experimentar con cómo los humanos de la Edad del Hierro podrían haber esquiado”, agrega el investigador. Además, comenta que es el par de esquís mejor conservado en el mundo hasta ahora, lo que ofrece nuevas perspectivas sobre las técnicas de esquí antiguas.
El material con el que está hecho cada esquí es diferente. Uno de ellos está fabricado con madera de abedul y el otro con pino.
A pesar de esta diferencia, la cercanía entre los sitios donde se encontraron y la datación de radiocarbono sugiere que en algún momento se usaron como par. Esto resalta lo valiosos que eran los objetos de madera en esta región.
Arqueología en el hielo
De acuerdo con Pilø, en 2006 hubo un derretimiento de grandes proporciones en la zona. Así, quedaron al descubierto cientos de artefactos. Esto inspiró la creación del programa Secretos del Hielo.
La búsqueda de objetos que permanecieron congelados tiene sus complicaciones. Al derretirse, los glaciares fluyen hacia abajo de las montañas y podrían destruir los artefactos frágiles.
Para rastrear objetos de valor arqueológico se recurre a fotografías aéreas e imágenes satelitales. También se recurre a los montañistas y pastores como informantes para reconocer objetos fuera de lo común. Con estos datos se hacen mapas de zonas heladas de interés arqueológico.
“El rápido derretimiento del hielo glacial debido al cambio climático antropogénico está revelando objetos arqueológicos que han estado congelados durante siglos o incluso milenios. Estos hallazgos ofrecen información sobre la actividad humana pasada, la tecnología y la adaptación a entornos difíciles”, describe Pilø.
Los arqueólogos de hielo suelen ahorrarse el trabajo de excavación gracias al derretimiento. Sin embargo, en el caso del esquí fue necesario usar un picahielo para removerlo.
Los vestigios que se encuentran en el hielo nos ayudan a comprender cómo se adaptó la gente a los cambios en el clima del pasado. Pilø toma como ejemplo las flechas que se han encontrado en el hielo.
Durante la Antigua Pequeña Edad de Hielo Tardía, entre los años 535 y 660 de la era común, la temperatura disminuyó de manera significativa. La agricultura se volvió complicada, así que las personas salieron a cazar a las montañas y esto dejó una gran cantidad de flechas sepultadas en el hielo.
El periodo histórico al que alude Pilø está registrado en los anillos de los árboles europeos. A diferencia de los registros climáticos modernos, los anillos de los árboles permiten reconocer los cambios en el clima durante periodos de cientos o miles de años. En el caso de la Antigua Pequeña Edad de Hielo, se tienen registros de los cambios en el clima en tres anillos de árboles.
Comprender el pasado de nuestra especie presenta distintos retos. Al combinar diferentes disciplinas como en este caso la arqueología glaciar y la paleoclimatología, se pueden comprender momentos específicos de la historia humana. Este tipo de investigación todavía es joven y le queda mucho por revelarnos.