El descubrimiento de Urano Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
13 marzo, 2022
La historia de nuestro sistema solar ha tenido cambios constantes. Los avances tecnológicos permiten que conozcamos cada vez mejor a los objetos que comparten el mismo vecindario en el cosmos. En 1781 se creó el telescopio reflector de 152 milímetros que permitió el descubrimiento del séptimo planeta de nuestro sistema solar. Fue el 13 de marzo de ese año en que apareció Urano, que originalmente tuvo otro nombre.
Un planeta que rompió reglas desde un principio
El astrónomo germano-británico William Herschel fue el encargado del descubrimiento. Con el telescopio que construyó en 1781 encontró un planeta al doble de distancia de Saturno. Urano apareció mientras Herschel miraba la constelación de Géminis; había un objeto que no pertenecía a esa región del cielo, al menos no como se le conocía.
La capacidad de aquel telescopio que usó el astrónomo del siglo XVIII era limitada. Se veía una estrella con algo parecido a un disco planetario. La primera suposición fue que se trataba de un cometa. Su movimiento era lento y tenía un brillo amarillo. Tras varias observaciones, Herschel notó que no era un cometa sino el séptimo planeta. Finalmente pidió la confirmación de otros astrónomos para el séptimo planeta.
Su descubridor pedía un nombre muy distinto para Urano. Originalmente Urano fue llamado Georgium Sidus, que se traduciría como la estrella de Jorge, en honor al rey Jorge III de Inglaterra. Ese nombre permaneció hasta el siguiente siglo. El astrónomo alemán Johann Elert Bode propuso darle un nombre mitológico; sin embargo, no fue hasta el siglo XIX que se consideró esta posibilidad.
La historia de los nombres es más enredada de lo que parece. Mientras para su descubridor quería rendir honor al rey de Inglaterra, otros buscaban alternativas. El astrónomo Francés Lalande propuso llamar “Herschel” al séptimo planeta. Finalmente la propuesta de Bode se conservó y mantuvo una secuencia genealógica; los gigantes gaseosos pertenecerían al mismo linaje en la mitología Griega: Saturno, Urano y posteriormente Neptuno. Todavía en 1850 el Almanaque Náutico británico usaba el nombre de “Jorge” para referirse a Urano.
Además de la peculiar historia de su nombre, Urano tiene otras características que lo hacen único en el sistema solar. Mantiene una inclinación de 98° que intriga a los astrónomos. Además, gira en dirección contraria a los otros planetas. Su estudio es indispensable para comprender la dinámica de nuestro sistema solar.
En 1986 recibió la visita de la Voyager 2 que ahora viaja en el espacio interestelar. Entre lo que sabemos sobre este vecino azulado es que tarda 84 años completar una órbita alrededor del Sol. Su distancia promedio a este mismo astro es de 19.19 Unidades Astronómicas (que equivalen a la distancia media entre la Tierra y el Sol). Su diámetro equivale a 4 veces el de la Tierra y se le conocen 27 satélites.
Hace 242 años se descubrió al séptimo planeta del sistema solar. Hace 37 años recibió la visita de uno de los dispositivos creados por el ser humano que han llegado más lejos en el espacio. En estos poco más de dos siglos hemos aprendido mucho sobre Urano y aún queda mucho por comprender de este peculiar planeta.