El día que México se paralizó para ver un eclipse Copiar al portapapeles
POR: Antonio Medina
28 mayo, 2019
A menos de una semana de que se lleve a cabo el eclipse total de sol que será visible en algunas partes de Estados Unidos, quisiéramos recordar el 11 de julio de 1991, un día muy especial para los amantes de la astronomía y para todo el pueblo mexicano en general, pues ese día, un eclipse solar total pudo ser apreciado en varias zonas de México, donde la imagen de nuestra luna cubriendo al astro se convirtió, para los que tenemos la edad suficiente para recordarlo, en uno de los días más rememorados de los últimos tiempos.
El eclipse del 11 de julio fue muy especial, pues fue el más largo de todo el siglo XX. Comenzó en el océano Pacífico, en la región donde se encuentra la isla estadounidense de Hawái y continuó a través de la parte norte, centro y sur de México, para seguir con rumbo a Centro y Sudamérica. Tuvo una duración total de 6 minutos y 53 segundos y fue el eclipse que ha sido apreciado por la mayor cantidad de personas en la historia.
Eclipse total de sol visto desde Baja California, México el 11 de julio de 1991 Crédito: Steve Albers, Boulder, CO; Dennis DiCicco, Sky and Telescope; Gary Emerson, E. E. Barnard ObservatoryDurante varios meses antes del gran evento astronómico de la última década del siglo, la cadena de televisión más grande de México se encargó de infundir miedo en la población, a través de anuncios publicitarios donde se exageraba la peligrosidad de ver el eclipse al aire libre y sin protección, y se invitaba a la gente a que lo viera a través de sus aparatos televisivos. Aunque esto no fue suficiente para evitar que la gente, ávida de presenciar un evento tan especial, saliera a las calles y paralizara las ciudades para ser testigo de la belleza del evento.
El gobierno mexicano también tuvo su papel, y es que al conocerse la trayectoria y fecha de este fenómeno con muchos años de anticipación, el titular del ejecutivo, Carlos Salinas de Gortari, dio la orden de que se instituyera la llamada “Comisión Intersecretarial para el Eclipse”, conformada por dependencias de gobierno como la Secretaria de Gobernación, Relaciones Exteriores, Defensa Nacional, CONCACYT y hasta la Secretaria de Hacienda y Crédito Público. Esta Comisión se encargó de organizar una serie de eventos culturales y científicos alrededor del eclipse para darle una mayor difusión a este evento, y por supuesto al gobierno en turno.
Pero tal vez la mejor acción que llevó a cabo la Comisión Intersecretarial para el Eclipse, fue la producción de los filtros protectores para poder ver este evento sin riesgo alguno de sufrir daño en los ojos. Éstos protectores estaban hechos de unas tiras de alrededor de 15 centímetros de un filtro muy parecido al material de una placa de radiografía, que según se indicaba en los mismos, reducía la luz del sol hasta 50 mil veces. Estos protectores podían conseguirse prácticamente en cualquier lugar; en las estaciones de metro y puestos callejeros se podían comprar por unos mil “viejos” pesos -en ese entonces la moneda nacional tenía 3 ceros de más-; también podían conseguirse como parte de campañas publicitarias de bancos, estaciones de radio, revistas e incluso en las bolsas de papitas de las marcas más importantes de frituras. Esta iniciativa permitió que el público perdiera el miedo y saliera a las calles a atestiguar dicho fenómeno.
Foto: mmreportera.wordpress.comEl día del evento, todo México se encontraba con una emoción latente, el pronóstico del clima fue por primera vez una de las secciones más vistas de todos los noticieros, y aunque hubo varias zonas del país que se encontraban bastante nubladas, en la mayoría de los lugares en donde el eclipse fue visible, las condiciones del clima y un cielo despejado permitieron la apreciación del eclipse sin mayor problema.
La sombra arribó a territorio mexicano poco antes del medio día, comenzando por Baja California, siguiendo por Nayarit, algunas zonas de Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Hidalgo y llegando finalmente a la Ciudad de México, donde millones de personas paralizaron una de las urbes más grandes del mundo para presenciar el eclipse total de sol.
Aquel jueves, lugares como el Zócalo de la ciudad, parques y plazas públicas se encontraban atiborradas de personas que querían disfrutar del espectáculo y quienes exactamente a las 13:24 de la tarde fueron recompensados con el espectáculo astronómico mas impresionante que se puede presenciar desde la superficie terrestre.
Foto: mmreportera.wordpress.comLa penumbra llegó a la Ciudad de México en plena tarde, los automovilistas en avenidas como Reforma o Insurgentes se orillaron y descendieron de los vehículos para apreciar el eclipse, que trajo consigo una disminución importante de la temperatura y el cual terminó alrededor de las 13:30 de la tarde, para continuar con su trayectoria por la república mexicana, Centro y Sudamérica y finalmente perderse en el océano Atlántico tras haber recorrido casi 15 mil kilómetros en poco menos de tres horas y media.
Aquel 11 de julio de 1991, nuestro satélite natural cubrió por completo al sol y se pudo apreciar la corona solar que se dibujaba por encima de la silueta lunar, en todo México los ojos de la población se volcaron al cielo y olvidaron por completo sus preocupaciones durante 6 minutos y 53 segundos, para voltear al firmamento y vivir el espectáculo más majestuoso de los últimos años.
Y Tú, ¿qué recuerdas del eclipse de 1991?