El Hubble detecta el nacimiento de un planeta similar a Júpiter Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
5 abril, 2022
La formación planetaria es un fenómeno sobre el que se tienen distintas teorías pero no siempre se puede confirmar directamente. Durante años el Telescopio Espacial Hubble ha observado el cielo y en ese lapso ha recopilado información sobre todo tipo de cuerpos celestes.
En los últimos años, ha registrado un evento que al inicio pasaba desapercibido pero con el tiempo un grupo de científicos notó que ahí se estaba formando algo: un planeta similar a Júpiter que comprueba una teoría sobre cómo se forman los planetas.
Un nacimiento estelar en vivo
Nuestro sistema solar tiene actualmente una edad aproximada de 4.6 mil millones de años. AB Aurigae es un sistema de aproximadamente 2 millones de años de edad, la misma que tenía nuestro sistema solar cuando comenzaron a formarse los planetas que conocemos actualmente. Es el momento perfecto para presenciar el nacimiento de un planeta y es exactamente lo que ha hecho el Hubble los últimos años.
AB Aurigae b, el planeta en formación, tiene cerca de 9 veces las dimensiones de Júpiter. Su órbita alrededor de su estrella anfitriona está a 8.6 mil millas, equivalentes a 13.84 mil kilómetros; eso representa más del doble de la distancia entre Plutón y nuestro Sol. A esa distancia una formación bajo el modelo de “acumulación de núcleo” sería lenta y complicada, lo que llevó a los investigadores a considerar otra alternativa, la “inestabilidad de disco” parece explicarlo mejor.
Los planetas se forman a partir de los materiales que forman un disco circumestelar o protoplanetario. La “acumulación de núcleo” es la teoría dominante para explicar a gigantes gaseosos como Júpiter. Ésta explica que primero se forman objetos pequeños que van acumulando materia del disco protoplanetario como polvo y rocas, finalmente se agrega el gas; es una explicación de abajo hacia arriba que no encaja con el planeta en formación observado por el Hubble.
Por otro lado, el modelo de “inestabilidad de disco” va de arriba hacia abajo y explica que cuando un disco masivo se enfría comienza a romperse en pedazos pequeños por efecto de la gravedad, del tamaño de planetas.
Para confirmar la presencia del disco circumestelar y el planeta en formación se recurrió a otros observatorios astronómicos. Para el estudio que describe el hallazgo de este planeta se recurrió a dos instrumentos del Hubble: el Generador de Imágenes Espectrográficas del Telescopio Espacial Hubble y la cámara de Infrarrojo Cercano y Espectrógrafo Multi-Objetos. Además, se contrastó con datos del instrumento SCExAO del Telescopio Subaru, un observatorio de origen japonés ubicado en la cima del volcán Mauna Kea, en Hawaii. Esto permitió reconocer que se trataba de un planeta en formación y no otro tipo de cuerpo celeste como un disco complejo.
La longevidad del Hubble fue un factor determinante en este descubrimiento. Thayne Currie, quien trabaja en el Telescopio Subaru y dirigió el estudio explica lo complicado de este tipo de observaciones. “No podríamos detectar este movimiento en un orden de uno o dos años… Hubble proporcionó una línea de base temporal, combinada con datos del Subaru, de 13 años, que fue suficiente para poder detectar el movimiento orbital”, relata el especialista.
Las formas en que nacen los gigantes gaseosos son múltiples. “Este nuevo descubrimiento es una fuerte evidencia de que algunos planetas gigantes de gas pueden formarse por el mecanismo de inestabilidad del disco”, explica Alan Boss del Instituto de Ciencia Carnegie en Washington D.C. “Al final, la gravedad es todo lo que cuenta, ya que los restos del proceso de formación estelar terminarán siendo juntados por la gravedad para formar planetas, de una manera u otra”, comenta el investigador.
El estudio del disco protoplanetario de AB Aurigae permitirá conocer con detalle los procesos de formación de gigantes gaseosos. Con la puesta en marcha del Telescopio Espacial James Webb este tipo de observaciones se harán con mayor detalle. Al observar lo que ocurre con otros sistemas solares podremos aprender sobre lo que pudo haber ocurrido con el nuestro en sus inicios.