El observatorio radioastronómico chino en el espacio comienza a funcionar Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
28 noviembre, 2019
Observar el cielo desde la Tierra siempre tiene sus inconvenientes. La influencia de nuestra atmósfera hace que las señales que recibimos no sean las mejores posibles. Esto hace que proyectos como el telescopio espacial Hubble funcionen desde fuera de nuestra atmósfera. Ahora un nuevo observador del espacio profundo está activo. El proyecto chino-holandés de un observatorio radioastronómico ya está funcionando.
Observando al pasado del universo
El nombre oficial del proyecto es Explorador de Baja Frecuencia Holandés-Chino (NCLE, por sus siglas en inglés) salió al espacio desde 2018. Actualmente se encuentra más allá de la órbita de la Luna en el satélite chino Quequiao. La espera para que desplegara sus antenas fue mayor a la esperada pero, finalmente, ya están funcionando. La noticia vino del equipo holandés.
El satélite chino en el que se encuentra el observatorio tuvo una misión previa a observar el espacio. Por casi un año Quequiao funcionó como intermediario para la comunicación entre la sonda espacial Chang’e 4 y la Tierra. En este periodo la sonda espacial ya ha conseguido sus objetivos principales llegó el momento de comenzar con las observaciones cósmicas.
Las modificaciones que ya están activas en el satélite lo convierten en el primer observatorio radioastronómico en que colaboran estas dos naciones. Las condiciones en que opera lo convierten en un proyecto ambicioso. “Nuestra contribución a la misión china Chang’e 4 ha incrementado tremendamente ahora. Nosotros tenemos la oportunidad de hacer nuestras observaciones durante los 14 días que dura la noche detrás de la Luna, que es mucho más que la idea original. La noche lunar es nuestra, ahora”, comentó Marc Klein Wolt, director del Laboratorio holandés de Radio Radboud.
El observatorio se encuentra a 60 mil kilómetros de distancia de la Luna. Esto lo coloca a una distancia privilegiada para la investigación astronómica. Respecto a la tierra se encuentra a casi 400 mil kilómetros de distancia. Ahí no hay interferencia atmosférica. Aquí es capaz de percibir las longitudes de onda por debajo de los 30 MHz. Esto le permite observar los objetos celestes de mayor distancia, entre ellos las primeras estrellas y galaxias que aparecieron tras el Big Bang; aproximadamente 800 millones de años después.
El NCLE es un prototipo de radiotelescopio. Desde su posición actual es capaz de captar señales de radio débiles de un periodo posterior al Big Bang conocido como “la época oscura”. Desde la Tierra es imposible captar estas señales por la influencia de la atmósfera. Al estar colocado tras la Luna, este observatorio estelar queda libre de nuestra atmósfera y con la posibilidad de observar más allá, exactamente a lo que ocurrió mucho antes de lo que somos capaces de percibir desde nuestro planeta.
Incluso cuando la misión Chang’e ya ha conseguido grandes logros, su vida útil sigue. Esta colaboración con la Oficina Espacial Holandesa, la Universidad de Nijmegen, ASTRON y la compañía ISISpace comienza una nueva etapa en la vida del satélite Quequiao. Aunque el despliegue de las antenas fue más lento de lo planeado, ya están funcionando y pronto comenzarán a recibir señales de un pasado estelar del que sabemos muy poco.