El ocaso de la vaquita marina Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
5 septiembre, 2024
La vaquita marina es el cetáceo más pequeño del mundo. Fue descubierta por primera vez en el puerto de San Felipe en Baja California, México. Clasificada por KS Norrisy y WN McFarland en 1958 como Phocoena sinus, que quiere decir “marsopa del golfo de California”. Este pequeño cetáceo es endémico del Golfo de California o Mar de Cortés, es decir, que no habita en ningún otro lugar del mundo más que ahí.
Se cree que la vaquita empieza su etapa reproductiva a los 6 años y puede tener una sola cría cada dos o más años. Sin embargo, en el 2017, científicos avistaron varias vaquitas marinas con sus crías de un año y nuevas crías, lo que fue una primera evidencia de que estos animales pueden dar a luz una vez al año y no cada dos.
A pesar de los esfuerzos por parte de varios sectores, como la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) en México, la vaquita marina se encuentra en peligro de extinción. En 1997 se estimaban poco más de 100 individuos, pero la inquietud por parte de los especialistas radica en que actualmente este número ha disminuido, para 2022 quedaban vivos 10 individuos. Según las encuestas más recientes realizadas en mayo de 2024, la población de vaquitas se ha reducido a un rango estimado entre 6 y 8 individuos
Comercio ilegal: el porqué del ocaso de la vaquita marina
Según la medicina tradicional china, los buches de pescado secos suelen ser afrodisíacos y buenos para la salud. Desafortunadamente para la totoaba mexicana, ésta posee un gran buche, por lo que es realmente codiciado dentro de la élite del país asiático.
Este pez habita en una determinada área dentro del Mar de Cortés o Golfo de California cerca de la frontera con Estados Unidos, espacio que comparte con la vaquita marina. Aproximadamente en el 2014, los pescadores de dicha región comenzaron a darse cuenta que la pesca de tatoaba resultaba un negocio millonario, pues cada kilo de buche de este pez se podía vender hasta por 8,000 dólares y al llegar a China alcanza hasta 250, 000 dólares; los expertos creen que por la actual situación los precios hoy en día pueden ser mucho más elevados.
Pronto la mina de oro sacó a relucir un verdadero problema. No solo la comunidad de la totoaba empezó a disminuir, si no que la vaquita marina, una especie que ya estaba amenazada, comenzó a verse bastante afectada . Todos los años, la vaquita muere incidentalmente en redes agalleras que capturan camarones, peces, tiburones, robalos y específicamente la totoaba.
A medida de que los pescadores tiraban sus redes para capturar la totoaba, sin querer capturaban a este pequeño cetáceo. El problema no solo se limitó a los pocos pescadores locales, si no que el negocio resultaba tan suculento que era más prometedor que el comercio de la droga. El crimen organizado llegó rápidamente con redes establecidas, rutas, contactos, puntos de venta y distribución, por lo que la comunidad de la vaquita marina pronto quedó arrasada, envuelta en un negocio difícil de combatir.
En el 2015 el gobierno mexicano prohibió la práctica de pesca en el área. De un día a otro los pescadores locales quedaron sin sustento; no obstante, para el crimen organizado esto no fue un impedimento. Hoy en día el negocio sigue operando en el mercado negro y el comercio ilegal, lo cual resulta aún más perjudicial para la vaquita. Debido a la resistencia del gobierno, tanto de México como de Estados Unidos, ahora resulta más complicado capturar, vender y distribuir el codiciado buche, por lo que varios pescadores furtivos han adoptado métodos de pesca mucho más agresivos, que dejan en último plano el cuidado de la marsopa.
En un artículo publicado por CNN en 2017 se entrevistó a un funcionario mexicano, el cual aseguró que “la vaquita no se puede salvar… simplemente hay demasiado dinero en juego”. Así mismo se mencionó que por ahora los traficantes guardan los buches esperando el día, no tan lejano, que se extinga tanto la vaquita como la totoaba, para que los precios de su mercancía se dispare por las nubes.
¿Vaquitas en cautiverio?
En el 2017 un grupo de investigadores realizaron un último esfuerzo para capturar algunas vaquitas y mantenerlas en cautiverio para poder salvarlas de la extinción. Sin embargo, el esfuerzo no tuvo éxito. Una vaquita hembra fue capturada y llevada a una zona más segura, pero murió horas después. Los investigadores concluyeron que estos animales marinos no son capaces de sobrevivir en cautiverio.
En 2022, expertos afirmaban que en el Golfo de California, su único hábitat, quedan 10. Sin embargo, en estos últimos años se cree que siete vaquitas han muerto asesinadas y que otras varias han quedado atoradas en las redes de pesca ilegal y se ahogaron. “Cada vez que voy en busca de vaquitas me preocupa que será la última vez que las vea o que ni siquiera podremos encontrarlas”, mencionó hace unos años Barbara Taylor, quien entonces era bióloga de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
El futuro de la vaquita marina
A finales del 2018 y principios del año pasado, México sufrió una serie de cambios debido al cambio de gobierno y lamentablemente uno de éstos se vio reflejado en el recorte de presupuesto para la Semarnat. Estos recortes ponen en riesgo programas de protección ambiental que buscan la conservación de la vaquita marina, así como otros animales en peligro de extinción.
A principios de marzo de 2019, la organización Sea Shepherd Conservation Society, encargada de patrullar el Golfo de California, encontró lo que parecía ser el cuerpo en descomposición de la primera vaquita marina muerta de ese año. La organización llevó el cuerpo con las autoridades del Puerto de San Felipe, quienes no confirmaron los hechos.
Gracias a los monitores acústicos marinos que registran los sonidos de la ecolocalización, los científicos están confiados de que aún sobreviven algunas vaquitas. A pesar de esto la angustia continua y cada año aumenta la posibilidad de que sea el último año de esta pequeña especie.
Búsquedas recientes de vaquitas marinas
En mayo de 2023 se realizó un seguimiento acústico e identificación visual para valorar a la población de vaquitas marinas. Los videos muestran un par de aletas dorsales que dan esperanza a los grupos que protegen a las vaquitas marinas. Una era pequeña y la otra de mayor tamaño, que se interpretó como una madre y su cría.
No todo es alentador. En las últimas revisiones se encontraron más de 100 barcos pesqueros en una zona donde esta actividad está prohibida. Desde entonces la armada mexicana y Sea Shepherd Conservation Society han trabajado en conjunto para evitar la pesca ilegal.
Actualmente nuestro país mantiene sanciones internacionales por no proteger adecuadamente a la vaquita marina. Nuestro país no cumple con dos leyes estadounidenses, un tratado internacional sobre la vida silvestre y el tratado entre México, Estados Unidos y Canadá.
En los últimos años se colocó una rejilla de 193 bloques de hormigón con ganchos que sobresalen. Su objetivo es enredar las redes de enmalle para que no logren llegar hasta las vaquitas marinas. Los últimos datos muestran que la pesca con esta técnica ha disminuido 90%.
“Es el mayor éxito de conservación de la vaquita que he visto en 30 años”, declaró Barbara Taylor al New York Times. La bióloga experta en vaquitas marinas se jubiló recientemente de la Oficina Nacional de Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Pesca.
La batalla contra la pesca ilegal no está ganada todavía. La zona de tolerancia cero ya no muestra redes de enmalle. Sin embargo, aún se les ve regularmente al noroeste, que también es zona de paso de las vaquitas marinas. Aunque la situación no sea la mejor, aún existen vaquitas marinas y motivos para buscar su protección.
La situación de la vaquita marina sigue siendo extremadamente crítica. Este año no se avistaron crías recién nacidas, aunque sí se observó un juvenil saludable, lo que ofrece una mínima esperanza para la especie.
El principal peligro que enfrenta la vaquita sigue siendo la pesca ilegal con redes de enmalle, utilizadas para capturar totoaba. A pesar de algunos esfuerzos del gobierno mexicano para proteger a la especie, como el hundimiento de bloques de concreto para atrapar redes ilegales, la pesca ilegal continúa siendo un problema grave, y el sabotaje de los dispositivos de monitoreo acústico ha dificultado aún más los esfuerzos de conservación.
A menos que se logre eliminar completamente el uso de estas redes y se refuercen las medidas de protección, los expertos advierten que la extinción de la vaquita es prácticamente inevitable. Las organizaciones de conservación, como Sea Shepherd, junto con el gobierno mexicano, están planeando intensificar los esfuerzos de monitoreo y protección en los próximos meses, pero la situación sigue siendo extremadamente delicada.