El permafrost ártico está en riesgo por colonización de castores Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
7 julio, 2020
El cambio climático provoca que distintas especies busquen hogar en regiones que no habían poblado antes, este es el caso de los castores. La región ártica no era un territorio apto para esta especie pero con una temperatura cada vez más elevada, un grosor de hielo invernal menor y cada vez más agua por el derretimiento se vuelve un hábitat adecuado para ellos. Esta migración a regiones antiguamente hostiles provoca un deterioro cada vez más rápido de la capa de hielo permanente conocida como permafrost y en consecuencia, un calentamiento acelerado.
Cómo encontrar castores en el ártico
Los castores son reconocidos por su habilidad para construir presas. Esta fue la clave para que un grupo de investigadores estadounidenses y alemanes siguieran el paso de estos roedores hacia el polo norte. El artículo titulado “Incremento en presas de castor controla el agua superficial y las dinámicas de termokarst en la región de tundra ártica, Península de Baldwin, al noroeste de Alaska” fue publicado recientemente por la revista Environmental Research Letters. En él se describe la colonización ártica de castores por casi dos décadas.
Los datos en que se basaron pertenecen a dos regiones en dos periodos distintos. Por una parte está el registro de un área de 100 kilómetros cuadrados cercana a Kotzebue sobre la que se tienen datos de entre 2002 y 2019. Por otro lado, se tienen datos de un área de 430 kilómetros cuadrados que abarca todo el norte de la Península de Baldwin entre 2010 y 2019. La información proviene de satélites y en ambos casos se nota un crecimiento considerable en la cantidad de presas.
Los castores tienden a construir presas. Esto les permite mantener sus madrigueras en las condiciones de humedad adecuadas de forma permanente y así se mantienen a salvo de predadores. Esto cambia las condiciones del suelo, sobre la que aumenta un tipo de terreno conocido como termokarst, este es producto del derretimiento del permafrost y se caracteriza por ser irregular y pantanoso.
La cantidad de presas de castor es cada vez mayor. En el área cercana a Kotzebue el primer año de seguimiento había apenas 2, esto ocurrió en 2002; para 2019 había ya se reconocían 98, lo que representa un incremento de 4,900%. En el caso del área mayor al norte de la Península de Baldwin el primer año de seguimiento, 2010, había 94; para 2019 el total de presas era de 409, que representa un crecimiento de 435%. Esto representa cambios drásticos para todo el ambiente ártico.
Bajo el permafrost se resguardan grandes cantidades de gases de efecto invernadero. Al derretirse esta capa de hielo permanente gases como el metano quedan libres. Específicamente en el caso del ártico se reconoce al metano como una de las causas para que cada vez haya más incendios forestales. Esto lleva a un proceso cíclico en que cada vez se libera más calor en aquella región que alguna vez fue conocida por sus enormes cantidades de hielo.
Los castores y las presas que construyen son sólo una parte de un proceso de deterioro en los polos que lleva ya varias décadas. Al buscar un hogar más adecuado a sus necesidades están propiciando una aceleración en el proceso de calentamiento ártico. Las presas por ahora les están permitiendo vivir seguros pero a cambio el suelo congelado se está transformando. Tan solo en el último año, entre junio de 2019 y el mismo mes de 2020 los incendios forestales en el ártico han liberado 30.5 megatoneladas de carbono, esto supera a las 29 megatoneladas que se habían liberado por la misma causa entre 2003 y 2018. Bajo las condiciones actuales el Ártico está cambiando a una velocidad que hace poco era inimaginable.