El primer satélite fabricado con madera se encuentra en el espacio Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
9 enero, 2025
¿Podría la madera ser un material útil para las futuras misiones espaciales? Este es el punto de partida para una misión que se encuentra en curso actualmente.
Su nombre es LingoSat y busca estudiar cómo cambia la madera en el medio ambiente espacial. También explora cómo este material transmite datos a través de los campos geomagnéticos y su resistencia a la radiación cósmica.
Un objeto de madera espacial
En diciembre de 2024 se lanzaron al espacio cinco CubeSats, pequeños satélites de forma cúbica. Uno de este grupo que salió desde la Estación Espacial Internacional (EEI) fue LingoSat, un proyecto de la Agencia de Exploración Aeroespacial Japonesa (JAXA, por sus siglas en inglés).
Este pequeño satélite permite la investigación del uso de madera en el espacio. Los resultados del experimento ayudarán a crear alternativas de satélites sustentables.
No es la primera vez que se explora el uso de madera en el espacio. Antes de LingoSat se realizó un experimento en la EEI con tres tipos diferentes de madera. Se les expuso al medio ambiente espacial para determinar cuál sería la más adecuada para fabricar al CubeSat japonés.
El nombre de aquella prueba fue Experimento de Exposición de Especímenes de Madera al Espacio Exterior en la Estación Espacial Internacional. Específicamente evaluó la erosión de la madera a causa de la colisión con partículas de Oxígeno Atómico (AO), así como los efectos de los Rayos Cósmicos Galácticos (GCR) y las Partículas Energéticas Solares (SEP) en las propiedades mecánicas de la madera.
El diseño final usa honoki magnolia, la madera de un árbol japonés. Sus paneles cuadrados tienen 10 centímetros de largo en cada cara. Se ensamblaron con un método de carpintería japonesa.
Los investigadores a cargo de esta misión usan sensores para evaluar el rendimiento de la madera. Medirán la tensión en la madera y su respuesta a la temperatura y radiación espacial.
Además se monitorean los niveles geomagnéticos para determinar qué tanto pueden penetrar el cuerpo de madera del satélite. Esto para reconocer la interferencia que podría causar en el dispositivo.
De acuerdo con el sitio web de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio estadounidense (NASA), la misión terminará en marzo de 2025. A partir de esta primera prueba sabremos qué tan viable es fabricar satélites artificiales con madera.
¿Será posible que en un futuro no muy lejano tengamos satélites amigables con el medio ambiente en órbita? En unos meses tendremos los primeros datos.