El taller más antiguo de herramientas de obsidiana está en Etiopía Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
29 enero, 2023
Hace 1.2 millones de años en Melka Kunture, parte de Etiopía, ya se trabajaba la obsidiana de doble cara. Es el taller de herramientas más antiguo que se conoce.
El estudio fue publicado en la revista científica Nature Ecology and Evolution. Este hallazgo permite conocer un punto importante en el desarrollo de la inteligencia humana.
Un taller prehistórico en un espacio único
Melka Kunture es un área arqueológica ubicada a 50 kilómetros al sur de Addis Abeba. Forma parte de una meseta a 2 mil metros de altitud. Ahí se encuentran depósitos arqueológicos de entre 2 millones y 5 mil años de antigüedad.
A diferencia de la sabana que le rodea, Melka Kunture tiene un clima fresco y lluvioso. Además cuenta con flora y fauna propias. Esto lo convierte en un espacio único en su género.
El sitio de Simbiro se ubica dentro de Melka Kunture. Ahí se encuentra un pequeño acantilado de 5 metros. Dentro de sus 5 niveles arqueológicos se han recuperado piezas de estilo Achelense de hace 1.2 millones de años.
En el nivel C sobresale una gran cantidad de bifaces hechas de obsidiana, así como las astillas que aparecieron como consecuencia de su producción. Las bifaces fueron herramientas del lítico que se usaron para cortar, perforar y raspar. Tienen una punta en forma de triángulo y una base semicircular.
El análisis de estas piezas muestra que estaban extremadamente estandarizados. Quienes las fabricaron fueron expertos que siguieron patrones constantes.
“El hecho de que en Simbiro no hubiera otros tipos de herramientas, a excepción de estas herramientas de obsidiana de alta calidad, lleva a considerar que este era un lugar de producción especializado”, señala Margherita Mussi quien dirige la excavación desde 2011.
“En otros términos, Este es un taller de producción, el más antiguo que se haya conocido, ya que los conocidos hasta ahora no se remontan a más de 300.000 años”, comenta Mussi.
Los investigadores evaluaron los aspectos espacio-temporales de las fases más antiguas de la evolución. La reconstrucción de esta zona en aquella época incluye un ambiente llano y con abundancia de árboles.
Había un curso de agua que descargaba estacionalmente y cambiaba de curso. Un efecto de esto sería que el agua se acumulaba y luego erosionaba depósitos de varios tipos. Entre ellos habría uno de obsidiana que llamó la atención de los homínidos que llegaron hasta ahí para explotarlo.
Las evidencias que se conservan de la vida en el Pleistoceno inferior sugieren que había una población poco diferenciada. Las actividades cotidianas se habrían desarrollado por igual. Sin embargo, en Simbiro se fabricaron herramientas especializadas que después se llevaron a otro lugar para ser usadas.
Algo que resalta al estudiar este depósito es que quienes realizaron estas herramientas debieron prever la presencia del agua en una parte del año. Esta capacidad de planificación es algo que hasta ahora no se había visto en el Pleistoceno.
Para la época a la que pertenece este depósito la obsidiana ya era un material conocido. Hace 2 millones de años en Olduvaiano se usaron astillas de obsidiana, aunque estas habrían sido pequeñas y fáciles de obtener. Hace 1 millón 950 mil años ya se fabricaban astillas, aunque no eran comunes.
“El hallazgo de este taller pone de relieve una etapa fundamental del desarrollo de la inteligencia humana: la innovación, que está vinculada a la creatividad”, explica Margherita Mussi. “Es el primer ejemplo del desarrollo de «pensamiento paralelo», que significa hacer converger conocimientos y habilidades técnicas largamente adquiridos anteriormente en otras producciones”, agrega.
Para Mussi, este antiguo taller de obsidiana demuestra que no se debe subestimar a los homínidos del Pleistoceno inferior. Para ella, hicieron algo más que “adaptarse pasivamente al entorno”.