Elefantes de Mozambique perdieron colmillos para evitar caza furtiva, explica estudio Copiar al portapapeles
POR: Deyanira Almazán
23 octubre, 2021
Las actividades humanas tienen efectos sobre otras especies. Existen estudios sobre el cambio de comportamiento en diferentes animales cerca de poblaciones humanas y uno publicado recientemente en la revista Science explica la pérdida de un elemento icónico de los elefantes.
Durante la guerra civil de Mozambique aumentó la cacería furtiva de estos paquidermos en busca de sus colmillos. Si el riesgo era a causa de portar el marfil deseado por los cazadores, la respuesta más obvia sería dejar de tener colmillos y así ocurrió en las hembras de la región.
Una respuesta rápida ante un asunto de vida o muerte
La guerra civil de Mozambique comenzó en 1977, poco después de su independencia. Desde entonces y hasta 1992 los implicados en el conflicto tuvieron necesidades económicas para mantenerse en pie. Una de las respuestas que encontraron fue traficar el marfil de los elefantes locales para obtener recursos financieros. Durante casi dos décadas, los elefantes del Parque Nacional Gorongosa fueron víctimas de la cacería furtiva por parte de ambos bandos en pugna; su población se redujo en un 90%.
Cuando la guerra terminó ya aparecían nuevas generaciones de elefantes y ya tenían características distintas. Las hembras que nacieron después de la guerra carecían de colmillos. Normalmente las hembras de elefante africano tienen colmillos, así ocurre en el 90% de los casos. Sin embargo, en regiones donde la cacería furtiva es frecuente, estas carecen de colmillos. Ese es el caso del Parque Nacional Gorongosa.
Las cifras permiten ver cambios importantes en la población de elefantes antes y después de la guerra civil en Mozambique. La población disminuyó drásticamente; actualmente sobreviven 700 ejemplares. Además, la proporción de hembras que nacieron sin colmillos aumentó en un 30%. En un escenario en que el marfil de los colmillos aumenta el riesgo de muerte prematura, no tenerlos se convierte en una ventaja, y así ocurrió en esta región.
A diferencia de las hembras, en los machos no se reconoce este cambio. Los investigadores hicieron un análisis genético. Las diferencias que encontraron fue en los genes AMELX (que participa en la formación del esmalte y el cemento dental) y MEP1a (que se relaciona con la formación de dentina). La reacción ante los cambios en estos genes es distinta en hembras y machos.
“Los datos que hemos recopilado sugieren que la falta de colmillos tiene un efecto letal para los machos, por lo que los que heredan el gen del rasgo nunca nacen o mueren rápidamente”, explica Shane Campbell Startion, del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Princeton, quien participó en el estudio. “Un síndrome de enfermedad humana asociado con la misma región del cromosoma X también es letal para los hombres, mientras que las mujeres afectadas a menudo no desarrollan sus incisivos laterales superiores, el equivalente humano a los colmillos de elefante”, complementa.
Solemos asociar a la evolución con procesos largos que ocurrieron hace mucho. Sin embargo, la actividad humana propone condiciones distintas a las naturales en que otras especies se ven obligadas a adaptarse. La presencia constante de cazadores ha provocado que las hembras de elefante en el Parque Nacional Gorongosa cambien sus cuerpos para sobrevivir. “La caza, las ciudades, la contaminación y muchas otras características de la vida humana obligan a los animales y las plantas a adaptarse para vivir junto a nosotros”, explica Campbell Staton.