Estudian a la primera momia egipcia embarazada Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
5 mayo, 2021
En más de una ocasión lo que parecía un objeto histórico ya definido resulta ser algo muy diferente. Es el caso de lo que se pensó por mucho tiempo que era la momia de un sacerdote y una revisión detallada ha mostrado que se trataba de una mujer embarazada. Pertenece a la Universidad de Varsovia y el hallazgo vino cuando el esposo de una de las investigadoras reconoció un pie en una radiografía de la momia. Su descubrimiento abre nuevas dudas sobre la antigua cultura egipcia.
Un embarazo que había pasado desapercibido
Fue momificada en el siglo 1 antes de la era común. La madre tenía entre 20 y 30 años. El feto se encontraba entre las semanas 26 y 30 de gestación. La momia se encontró junto con un conjunto rico de amuletos, lo que sugiere que pertenecía a un estrato social alto. Un estudio publicado recientemente en el Journal of Archeological Science confirma que no se trataba de un sacerdote como se creía anteriormente.
La Universidad de Varsovia recibió esta momia como donación en 1826. De acuerdo al donante provenía de las tumbas reales en la ciudad de Tebas. En aquella época (el siglo XIX) era común atribuir cualquier antigüedad a lugares famosos para incrementar su valor, no se confirmó si realmente proviene de Tebas.
Los estudios realizados en el siglo XX adjudicaban el sarcófago a un sacerdote varón: Hor-Djehuti. Ahora que se ha reconocido que se trata de una mujer se sospecha que pudo ser cambiada por comerciantes o saqueadores durante el siglo XIX; era una práctica común en aquella época.
Los entierros de mujeres en el antiguo Egipto no son desconocidos, sin embargo es la primera vez que se encuentra un cuerpo momificado en proceso de embarazo. El buen estado de conservación sugiere que se trataba de una mujer de clase alta. Sin embargo, son muchas más las dudas que abre.
Los órganos internos fueron extraídos, como corresponde a la tradición egipcia. La situación del feto fue distinta, ya que se mantiene dentro del cuerpo de la madre. El pie de este fue la clave para que se reconociera el embarazo. Al respecto se han desarrollado dos hipótesis.
La primera posibilidad es que los embalsamadores prefirieron dejarlo ahí para evitar deterioro en el cuerpo de la madre. La finalidad de su oficio consistía en conservarlo en las mejores condiciones posibles y extraer el feto habría provocado daños significativos. La segunda opción es que para la cultura egipcia la personalidad le pertenece a quienes pueden ser nombrados y al no haber nacido el feto no tenía nombre, por lo que formaba parte del cuerpo de la madre y sólo como parte de ella podría ir al inframundo.
El descubrimiento fue un accidente. Marzena Ożarek-Szilke realizaba una segunda revisión en la pelvis de la momia para establecer su sexo. Notó una anomalía. “Mi esposo… y yo vimos la imagen de rayos X y notamos en una mujer muerta una señal familiar para los padres de tres niños — ¡Un pequeño pie!”, narra la arqueóloga y antropóloga de la Universidad de Varsovia.