Europa prohíbe insecticidas dañinos para las abejas Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
28 mayo, 2019
Por: Luis Moctezuma
El 27 de abril de 2018, la Unión Europea votó a favor de prohibir el uso de insecticidas neonicotinoides en espacios abiertos. Esta es la última de una serie de medidas que se ha tomado para detener la desaparición de abejas y abejorros. Desde 2013 ya se había recomendado restringir el uso de 3 insecticidas de este grupo: clotianidina, imidacloprid y tiametoxam. Ahora no se trata de una sugerencia sino una prohibición.
¿Qué es un neonicotinoide?
Los neonicotinoides son insecticidas que actúan en los receptores nicotínicos. Debido a esto actúan sobre el sistema nervioso. Los efectos sobre distintas especies animales varían. Mientras que al contacto con las aves tienen un efecto ligero, sobre los insectos la reacción es mucho más poderosa. Esto parecería normal al tratarse de insecticidas; sin embargo, no están afectando únicamente a los que dañan las cosechas, sino también a los polinizadores como las abejas.
Estudios hechos por farmacéuticas afirman que el uso adecuado de estos insecticidas no afecta las poblaciones de abejas. Una de las razones para decirlo es que, según sus resultados, la población mundial de estos insectos se mantiene equilibrada. Mientras que en Norteamérica y Europa la población de abejas es cada vez menor, en Asia, Sudamérica y África esta se ha incrementado. Una duda natural ante estos datos sería: ¿en dónde se usan neonicotinoides como insecticida para las cosechas y dónde no?
Una de sus características más importantes es que son solubles en agua. Gracias a esta característica tienen la capacidad de moverse libremente a través de las plantas. Aunque se usa principalmente para proteger las semillas, cuando estas se siembran y desarrollan la sustancia viaja hasta lugares peligrosos como tallo, hojas, pétalos o polen. Ahí es donde entran en juego las abejas.
¿Qué efecto tiene en las abejas?
Muchos de los cultivos que usan estos insecticidas no tienen contacto directo con abejas. Cultivos como maíz, sorgo o soya no son el tipo de plantas que frecuentan las abejas. Estos insectos recolectan polen y éste, al igual que la abeja, ha estado en contacto con el medio ambiente. De ahí la prohibición europea; el uso de neonicotinoides se restringió a invernaderos.
El mayor daño que se ha detectado en abejas por contacto con neonicotinoides es la desorientación. Estas sustancias afectan su memoria y capacidad de aprendizaje, después de exponerse a ellos la abeja es incapaz de volver a su colmena. Sus capacidades sociales también se ven afectadas. En las abejas de miel se ha detectado fallos en su capacidad motora. Las más afectadas son las abejas reina.
La decisión final sobre los neonicotinoides
En febrero de 2018 la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria publicó un estudio sobre los efectos de las sustancias en las que ya había una advertencia. Los resultados confirmaban que son un riesgo para las abejas de miel. Ahora el único uso aceptable de clotianidina, imidacloprid y tiametoxam será en invernaderos en donde las abejas no tengas acceso.
La resolución es reciente y tardará en ponerse en práctica. Las restricciones se establecerán formalmente en las próximas semanas y se proyecta que para finales de 2018 ya estén en marcha. Para la Unión Europea la protección de las abejas es un asunto de gran importancia. La acción legal contra los 3 neonicotinoides que serán prohibidos es el resultado de un trabajo conjunto en el que se realizó los estudios pertinentes y se tomó medidas a partir de sus resultados. En los países norteamericanos aún no se han tomado medidas similares y nuestras abejas también son cada vez menos.