Incendio sin control en Indio Maíz, Nicaragua Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
4 septiembre, 2018
Por: Luis Moctezuma
Uno de los riesgos que acompañan a la primavera es el de los incendios forestales. Desde el pasado martes 2 de abril la reserva Indio Maíz, una de las más grandes en Centroamérica ha sufrido uno que hasta hoy no ha cedido.
En México conocemos muy bien los incendios forestales. Estos son provocados por diferentes factores. El aumento de temperatura, la falta de lluvias, fenómenos naturales como caída de rayos o la presencia de minerales y los errores humanos son algunas de las causas que alrededor del mundo provocan este tipo de incendios. En el caso del incendio de Nicaragua se considera a la última como la más probable.
El avance del fuego
En los primeros días la reacción ante el incendio fue intentar detenerlo. Las fuentes oficiales y grupos ambientalistas registraron un avance dispar. Mientras que oficialmente se reconocía un avance pequeño del incendio, no más de 700 hectáreas para el viernes 6, los grupos ambientalistas hablaban de casi 3 mil hectáreas. Para el lunes 9 las cifras no se han homologado. Se manejan cifras entre las 3,500 y 7,000 hectáreas afectadas.
La reserva de Indio Maíz se encuentra al sureste de Nicaragua. Si distancia con la capital del país: Managua, es de casi 300 kilómetros. Cuenta con casi 270 mil hectáreas y se encuentra en una zona de gran humedad lo que descarta una causa natural. La causa más probable de este incendio es una quema agrícola que se salió de control.
Las medidas que se tomaron al principio fueron encaminadas a controlar el fuego, no se consideró que la población estuviera en riesgo. Casi una semana después se solicitó la ayuda internacional. Para el momento en que la ayuda internacional llegó ya se había desalojado a 13 personas cercanas a la zona del incendio.
Ayuda extranjera
La recepción de ayuda proveniente de otros países no ha sido la misma en todos los casos. Un grupo de 40 bomberos costarricenses se presentó el lunes en la frontera para ofrecer apoyo a su vecino del norte. Aunque el equipo estaba conformado por especialistas equipados el gobierno nicaragüense decidió no aceptar su ayuda. La versión oficial del gobierno de Costa Rica dice que se les agradeció el apoyo pero ya se habían enviado más efectivos del ejército propio para sofocar el incendio.
Por su parte México también ofreció ayuda, esta si fue recibida. El apoyo consistió en un helicóptero M1-17 de las fuerzas armadas mexicanas. Este vehículo tiene una capacidad de 450 galones de agua, con lo que se buscará combatir desde el aire el avance del incendio. Las autoridades mexicanas prometieron otro helicóptero de la misma capacidad en los próximos días. Una de las razones para pedir ayuda internacional fue la falta de vehículos propios para combatir el fuego y evacuar a los pobladores de las comunidades cercanas.
Aún se considera que quedan 500 personas en riesgo en 4 comunidades de la zona. Para las labores de control del incendio y rescate el gobierno nicaragüense ha dispuesto 800 efectivos militares, 10 lanchas rápidas y 5 medios aéreos propios. El helicóptero mexicano se integró a las labores junto con este equipo.
Prevenir incendios forestales
Los incendios forestales causan graves daños a los ecosistemas en que ocurren. Muchos de ellos se dan por una combinación de causas naturales; se cree que los restos secos que dejó el huracán Otto a su paso en 2016 ayudaron a la rápida propagación del fuego en Indio Maíz. Aún así, la causa más probable para el inicio del incendio es la actividad humana.
Los grupos ambientalistas de la región tienen ubicada la comunidad donde se cree que comenzó el incendio. Se dice que fue provocado en la comunidad Siempre Viva en el departamento de San Juan, al sureste de Nicaragua, se prendió fuego en el monte y de ahí se propagó por la reserva. Aunque las condiciones naturales favorecieron la expansión, el factor humano fue el detonante.
En México cada año ocurren incendios forestales. Muchos de ellos podrían evitarse con medidas preventivas básicas. Aunque es una actividad común para la agricultura, la quema de terrenos para siembra es peligrosa y en muchas ocasiones ha provocado incendios de gran duración. En nuestro país empiezan a aparecer los primeros y lo mejor es tomar las medidas necesarias para que sean los menos posibles.