Inundaciones en Alemania: ¿por qué fueron tan catastróficas? Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
20 julio, 2021
El 14 de julio de 2021 marcó desde sus primeras horas un antes y un después en la historia alemana. Hasta ahora se registran al menos 160 muertos. Ríos desbordados, edificios y calles dañados por los niveles inusuales de lluvia, servicios básicos detenidos son algunas de las consecuencias.
No es uno de los escenarios a los que estamos acostumbrados para hablar de desastres naturales pero el cambio climático está llevando los eventos extremos a todos los puntos del planeta. El servicio meteorológico pronosticó que a partir de este lunes los niveles de precipitación irán bajando.
Alemania bajo el agua
Entre los ríos más afectados se encuentran el Ahr y el Rin. Tanto protección civil como los bomberos y el ejército forman diques para asegurar sus cauces. En diferentes regiones la energía eléctrica aún no se restablece. 80 estaciones de trenes están bloqueadas por el agua, por lo que el transporte ferroviario tampoco ha regresado a funciones normales.
Para diferentes actores políticos uno de los mayores errores fue el retraso en los sistemas de alerta. Algunos medios descartan esta afirmación ya que el servicio meteorológico advirtió de lluvias intensas, se mencionó granizo, crecidas e inundaciones entre las posibilidades. Sin embargo, nadie imaginaba la magnitud de los eventos que ocurrieron.
“Nuestro problema no fue la infraestructura de alerta, sino la efectividad con que nuestras autoridades y la población reaccionaron a esas alertas”, menciona Armin Schuster, quien dirige la Oficina Federal de Protección Civil.
El funcionario recuerda que se enviaron 150 advertencias a través de apps y medios de comunicación. También aclara que la predicción sobre la intensidad a nivel local tiene mayores restricciones y apenas media hora antes de los eventos habría sido posible reconocer su magnitud.
Altenahr es un ejemplo de lo ocurrido en los últimos días. Se ubica en el valle del río Ahr. El nivel de agua del río suele ser bajo. Al crecer y desbordarse inundó fácilmente los pueblos cercanos.
En las fotografías aéreas es posible ver las calles inundadas como si se tratara del cauce de un río, con el detalle notorio de los techos de edificios sobresaliendo en el agua. Altenahr se encuentra cerca de lo que alguna vez fue la capital de Alemania occidental (Bohn).
Poca preparación
Alemania no es la única afectada. El oeste alemán fue la región más afectada pero también Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo padecieron eventos climáticos extremos. Una de las causas para que las consecuencias fueran tan destructivas fue la poca preparación. Si bien, se trata de una región acostumbrada a las lluvias, estas fueron mucho mayores a lo que se acostumbra. Los ríos pequeños fueron un gran problema por su rápido crecimiento y la mínima prevención ante su crecimiento.
“Masas de aire, cargadas de abundante agua, quedaron bloqueadas en altitud por temperaturas frías que las hicieron estancarse durante cuatro días en la región”, de acuerdo con Jean Jouzel, quien es exvicepresidente del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas. Entre el 14 y 15 de julio las precipitaciones alcanzaron entre 100 y 150 milímetros, que equivale a dos meses de lluvias, de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial.
¿Cambio climático?
Tras estas precipitaciones pluviales fuera de lo común se nombra con insistencia al cambio climático. Mientras algunos grupos políticos se resisten a considerarlo como causante, diferentes organizaciones ya lo señalan como causa directa. Kai Schröter, quien es hidróloga en la Universidad de Postdam, señala que no se puede asegurar que el cambio climático es la causa pero recuerda que los fenómenos extremos son cada vez más frecuentes debido a él.
El aumento general en la temperatura aumenta la cantidad de agua que se evapora y se acumula en la atmósfera, de acuerdo a Schröter. El sospechoso principal, para muchos será obvio, mientras otros buscan mantenerlo al margen de la discusión. Mientras los equipos de rescate y reparaciones buscan reanimar a Alemania, el mundo sigue calentándose.