James Webb retrata los anillos de Neptuno por primera vez en tres décadas Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
22 septiembre, 2022
En 1989 la sonda espacial Voyager 2 pasó cerca de Neptuno. Fue el primer dispositivo creado por el ser humano que observó los anillos al pasar cerca del gigante de hielo. Gracias a su capacidad para observar la luz infrarroja, el Telescopio Espacial James Webb los ha visto nuevamente.
En la nueva imagen que el Webb capturó del último planeta conocido del sistema solar, se observan además 7 de sus 14 lunas.
Una nueva mirada a Neptuno
El Telescopio Espacial James Webb es capaz de observar las galaxias más lejanas que se han visto jamás. Su potencial no termina ahí y ya nos ha mostrado nuevos detalles de un par de planetas de nuestro sistema solar. El primero de estos objetivos fue Júpiter y ahora es el turno de Neptuno.
"Han pasado tres décadas desde la última vez que vimos estos tenues y polvorientos anillos, y esta es la primera vez que los hemos visto en el infrarrojo", señala Heidi Hammel, quien es experta en el sistema neptuniano y colabora como científica interdisciplinaria en el Telescopio Espacial James Webb.
El centro de la imagen muestra a Neptuno rodeado por dos tenues anillos de polvo. El segundo objeto que resalta es Tritón, la mayor de sus lunas, que aparece como un punto brillante y de gran tamaño en comparación con los otros objetos. Tritón tiene una capa helada en su exterior de nitrógeno condensado que refleja el 70% de la luz solar que recibe. También aparecen Galatea, Náyade, Talasa, Despina, Proteo y Larisa.
Neptuno es el último planeta del sistema solar de acuerdo a su distancia con el Sol, esto desde que se considera a Plutón como planeta enano. Fue descubierto en 1846. Forma parte de los planetas exteriores. Su distancia del Sol equivale a 30 veces la que separa a la Tierra y nuestra estrella. Está tan alejado del centro de nuestro sistema solar que a medio día recibe una cantidad de luz similar a la de un crepúsculo terrestre.
Neptuno es un gigante gaseoso que resalta entre los otros que pertenecen a este grupo. La composición química de su interior propicia que sea un planeta helado. A diferencia de Júpiter o Saturno, es rico en elementos más pesados que el helio y el hidrógeno. Además tiene una proporción pequeña de metano que le da su color azul característico; al menos así lo percibe el Telescopio Espacial Hubble desde el espectro visible.
Para el Webb la coloración de Neptuno es muy distinta. Ese metano que lo vuelve azul para el Hubble atrapa gran parte de la luz infrarroja y provoca que se vea oscuro para la Cámara de Infrarrojo Cercano (NIRCam) que funciona en un rango de 0.6 a 5 micrones. A diferencia de la mayor parte del planeta, las nubes más altas son visibles gracias a que reflejan la luz del Sol antes que sea absorbida por el metano de la atmósfera.
Otro detalle en estas nuevas imágenes se ubica en el ecuador neptuniano. Una pequeña línea ecuatorial podría ser una marca de circulación de las corrientes de viento. La atmósfera desciende y se calienta en el ecuador, esto provoca un mayor brillo infrarrojo respecto a otras regiones.
Neptuno tiene una órbita de 164 años alrededor del Sol. Su polo norte suele estar lejos de la vista de los astrónomos. En las imágenes captadas por el Webb se percibe una banda continua de nubes de gran altitud a su alrededor. Sobre el polo sur ya se había observado anteriormente un vórtice que se vuelve evidente en las capturas del Webb.
Una nueva mirada siempre nos ayuda a conocer detalles que habían pasado desapercibidos. Esto es lo que está ocurriendo con el Telescopio Espacial James Webb. A Neptuno se le ha observado desde hace poco menos de dos siglos. El Webb nos da ahora la oportunidad de conocer detalles que permanecían ocultos. Para el próximo año se tienen planeadas nuevas observaciones sobre Neptuno y su satélite Tritón. Podemos esperar nuevas revelaciones infrarrojas de este y otros mundos en los próximos años.
Fuentes: NASA