La bacteria que casi aniquila a los nativos mesoamericanos Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
28 mayo, 2019
Por: Luis Moctezuma
En la novela de H. G. Wells La Guerra de los Mundos, la victoria de la humanidad sobre los poderosos invasores del espacio se da gracias a las criaturas más pequeñas del planeta: las bacterias.
Aunque el autor británico hizo un relato de ciencia ficción, la historia de la humanidad no es muy distinta a este planteamiento. Enfermedades como la viruela, el sarampión o el tifus son reconocidos por haber afectado gravemente a la población nativa de América durante las guerras de conquista a lo largo del continente; sin embargo, este fenómeno no terminó con la guerra.
América y sus indígenas después de la conquista
El contacto de dos culturas trajo consigo nuevos contextos de salubridad. Las poblaciones nativas fueron redistribuidas y los conquistadores españoles se dispersaron por distintos puntos del continente. Durante el periodo posterior a la conquista, la población indígena siguió padeciendo enfermedades desconocidas, algunas muy poco documentadas en su momento.
Una de las complicaciones para comprender las condiciones de salud en el pasado es que así como los organismos se van haciendo más resistentes, también las bacterias se adaptan a nuevas condiciones y producen efectos nuevos en la población humana; los síntomas de un resfriado común no son los mismos ahora que hace 500 años.
Actualmente existen técnicas para análisis de material genético que permiten encontrar bacterias como la que se cree causó la muerte de casi el 90% de la población indígena durante los primeros años de la América española. En su momento se le llamó “Cocoliztli” y no se le relacionó con ninguna enfermedad conocida hasta entonces.
El afectado por Cocoliztli estaba prácticamente condenado a muerte. Al mostrar los síntomas quedaban tres o cuatro días de vida al afectado. La tasa de mortalidad era muy alta y el único consejo que se le daba a los enfermos era que se despidieran de los suyos. Afectaba únicamente a la población indígena y se llegó a creer que era un castigo divino. Los síntomas consistían en: fiebre alta, dolores estomacales, diarrea, sangrado por todos los orificios del cuerpo e ictericia.
Durante el periodo colonial en México, hubo dos grandes brotes de Cocoliztli y con ellos bastó para diezmar a la población nativa. El primer brote llegó en 1545 y se estima que acabó con el 80% de los habitantes indígenas de la Nueva España. La segunda oleada y casi la definitiva apareció en 1576 llevándose al 45% de la población nativa para ese momento. A finales del siglo XVI quedaban apenas 2 millones de indígenas en lo que alguna vez fue uno de los territorios más poblados de la América prehispánica.
Análisis genético, la clave para reconocer el origen del Cocoliztli
Análisis recientes de restos humanos de los inicios del virreinato revelan que se trataba de una bacteria que existía desde mucho antes en Europa y actualmente sigue cobrando víctimas. Se cree que el causante del Cocoliztli es la Salmonella enterica Paratyphi C. Se conocen restos de esta bacteria en Noruega desde 200 años antes de los viajes de Cristobal Colón. Esto podría explicar que los únicos afectados fueran los pobladores nativos de América y que los organismos españoles resistieran su presencia.
Las evidencias de la bacteria se encontraron en un cementerio virreinal ubicado en Teposcolula-Yucundaa, Oaxaca. La investigación fue realizada por un grupo internacional conformado por participantes del Instituto Max Planck de Ciencias de la Historia Humana (Alemania), la Universidad de Harvard (Estados Unidos) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (México). No se conocen, hasta ahora, datos de esta bacteria en América antes de la llegada de los españoles.
Para reconocer a la Salmonella enterica Paratyphi C se tomaron muestras de ADN de los dientes de 29 cadáveres. Se les aplicó un análisis basado en una metodología para procesar datos genéticos llamada MALT. Gracias a ella se detectó la bacteria aun cuando no se buscaba directamente. Gracias a la tecnología actual es posible encontrar rastros sobre los que no se tenía ninguna pista y sobre los que difícilmente se habría tenido sospechas.
Con las nuevas metodologías de investigación se pueden crear hipótesis nuevas sobre el pasado. Además de los datos que se conservan en documentos antiguos contamos ahora con tecnología de análisis genético.
Con este nuevo descubrimiento podemos mirar al pasado de México, y otros pueblos conquistados por naciones europeas en su pasado, con la misma sorpresa de los lectores de La guerra de los mundos. Al parecer la población originaria de América también fue vencida por los seres más humildes sobre la Tierra.