La ciencia de la natación Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
8 junio, 2024
La natación es un deporte popular y que tiene diferentes beneficios para quienes la practican. Este deporte estuvo presente en los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna y en París 2024 veremos 3 competencias de natación: en piscina, artística y en aguas abiertas.
Practicar la natación trae beneficios como tonificación y fortalecimiento muscular, reducción de la inflamación y mejoras en la salud cardiaca, pulmonar y mental. Así como es un deporte que pueden practicar todo tipo de personas, también es posible disfrutarlo en competencia y más cuando se conocen los principios científicos que la hacen posible.
Detalles científicos durante el nado
¿Cuándo comenzó el ser humano a nadar? Es una pregunta difícil de contestar que nos remite a la prehistoria. Sin embargo, para el siglo XIX se estableció como un deporte sobre el que se realizan competencias. En 1837 se creó la Sociedad Nacional de Natación de Gran Bretaña y con ella comenzaron los campeonatos.
Para comenzar podemos retomar el principio de Arquímedes que explica el por qué un cuerpo flota, por ejemplo el de un nadador. “Un cuerpo total o parcialmente sumergido en un fluido en reposo experimenta un empuje vertical hacia arriba igual al peso del fluido desalojado”.
Aquí comienza la descripción biomecánica de la natación. El nadador se enfrenta a diferentes tipos de resistencia.
Tanto el aire como el agua, como el aire son fluidos; sin embargo, el agua ejerce cerca de mil veces más presión que el aire. El 91% de la energía que usa el nadador para impulsarse se usa en enfrentar esa resistencia.
Las resistencias no terminan ahí. El nadador se enfrenta a la fricción ante las moléculas de agua. Aparece una resistencia por presión que depende de la velocidad del nadador. Al nadar se forman ondas que se vuelven más grandes cuando el nadador aumenta la velocidad y eso incrementa la presión sobre el nadador.
Un nadador siempre se enfrentará a la resistencia pero esta disminuye con una técnica eficiente. Por ejemplo, estilos como crol, espalda o mariposa promueven una resistencia de presión menor porque el torso se mantiene horizontal al agua.
Mientras menor sea el área sobre la que se avanza, la resistencia que opone el agua es menor. No hay que olvidar la tercera ley de Newton, si enviamos una fuerza contra el agua para avanzar, esta reaccionará con la misma intensidad y en sentido contrario.
Una revisión rápida de los récords olímpicos ayuda a visualizar esta ventaja del área que empuja el nadador. En Tokio 2020 el estadounidense Caeleb Dressel estableció el récord de 100 metros estilo mariposa con 49.45 segundos. Por otro lado, el británico Adam Peaty posee el récord mundial de 100 metros pecho con 56.88 segundos y lo estableció en 2019.
La profundidad sobre la que se nada también tiene efecto en el movimiento del nadador. A mayor profundidad es mayor la presión que empuja al nadador hacia arriba; al mismo tiempo, la presión sobre su cuerpo es menor.
La parte superior del cuerpo flota más que la inferior y eso promueve que las piernas se hundan. Por eso presionar el pecho hacia abajo ayuda a que la cadera se eleve.
Un detalle importante al nadar es la propulsión que se realiza con brazos y piernas. Los brazos se usan como palancas que impulsan el movimiento del nadador. El agua creará una resistencia contra este movimiento por lo que se realiza un movimiento de remo creando un ángulo pequeño entre el plano y la línea en que se mueve la mano, así la fuerza resultante va hacia arriba y no se resiste al movimiento del nadador.
Para un nadador es más eficiente tener una brazada potente antes que realizarlas más rápido. Una pequeña variación en la posición de los dedos hace una gran diferencia. Una ligera separación entre los dedos jalará una mayor cantidad de agua y así la propulsión es más efectiva.
Aunque brazos y piernas aportan a la propulsión del nadador, su aporte no es similar. Los brazos producen 1.3 veces más propulsión que las piernas. La combinación de ambos permite que el nadador alcance una mejor velocidad que si se apoya principalmente en uno de ellos.
Beneficios a la salud
Fuera del agua, la natación trae beneficios a quienes la practican. Mejora la circulación y la eficacia cardiovascular. Nadar reduce el riesgo de infartos e ictus. Además, los pulmones aumentan su capacidad para abastecer correctamente al corazón.
La natación trabaja los principales grupos musculares. Tonifica los músculos sin el desgaste que provocan otras actividades físicas como el levantamiento de pesas.
Parcticar natación aumenta la amplitud del movimiento, tambipen reduce el dolor en articulaciones, aumenta la flexibilidad, mejora la postura y retrasa el envejecimiento. De forma más específica se ha demostrado que mejora la condición de quienes padecen esclerosis múltiple y artritis. Una ventaja más es que ayuda a controlar la glucosa en la sangre.
Observar a los nadadores olímpicos seguramente nos emocionará. Viendo el esfuerzo físico que realizan estos deportistas bien podríamos motivarnos para practicar este deporte que tiene la ventaja sobre otros de no acumular ropa bañada en sudor.