La ciencia de los terremotos Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
28 mayo, 2019
Casi todos los años, un gran terremoto sucede en algún lugar del mundo, atrayendo la atención y preocupación de millones de personas. Sin embargo, miles de temblores suceden todos los días sin que se perciban por la mayoría de la gente.
De acuerdo con el Servicio Geológico de EE.UU, más de 14,000 terremotos de magnitud 4 o mayor se presentan cada año. Incluso los que consideramos terremotos grandes (de magnitud 6 o mayor) se producen, en promedio, más de 150 veces al año.
¿Por qué suceden?
La corteza terrestre está dividida en una docena de placas tectónicas que parecen formar un rompecabezas. Cuando estas placas interactúan a lo largo de sus límites (fallas) generan sismos y con el paso del tiempo, modelan montañas, islas, volcanes y océanos.
Pero el movimiento de estas placas no es igual, sino que crea tres tipos de límites tectónicos: convergentes, donde las placas chocan entre sí; divergente, donde las placas se separan; y de transformación, donde las placas se deslizan lateralmente.
¿Qué es un sismo?
El constante movimiento entre las placas tectónicas acumula esfuerzos, cuando esa energía supera el límite elástico de las rocas se produce una violenta fractura. La energía liberada bruscamente se manifiesta en ondas sísmicas que se propagan por el interior de la tierra y se perciben como una vibración; la fractura inicial, es a lo que se le llama sismo o terremoto.
El punto en el interior de la Tierra, donde comienza la fracturación, y del cual se generan las ondas sísmicas, se denomina hipocentro.
El punto de la superficie terrestre situado justo por encima de él se llama epicentro.
Al volumen de roca que sufrió un desplazamiento por la ruptura inicial y dentro del cual se encuentra la falla, se le llama fuente o foco sísmico.
¿Cómo se miden los sismos?
Los científicos registran las ondas en instrumentos llamados sismógrafos. Gracias a ellos es posible saber el tiempo, la magnitud y la ubicación de un sismo.
Si bien existen muchas escalas para medir los sismos, las más comunes son la escala Richter, Magnitud de Momento, Mercalli y Shindo. En general, se basan en la medición de la energía liberada, la percepción de la gente y las consecuencias del movimiento.
Escala Richter
Anteriormente, la escala más utilizada era la escala de Richter, que fue desarrollada por Charles F. Richter en 1934. Él utilizó una fórmula basada en la amplitud de la mayor onda registrada en un tipo específico de sismómetro y la distancia entre el terremoto y el sismómetro. Esa escala era específica para los terremotos de California, pero otras escalas, basadas en amplitudes de onda y duración total de terremoto, fueron desarrolladas posteriormente para utilizarlas bajo otras circunstancias y fueron diseñadas para ser consistentes con la escala de Richter.
Magnitud del Momento
En la actualidad, a pesar de que en los medios de comunicación seguimos escuchando “en la escala de Richter”, muchos países utilizan la escala de Magnitud del Momento (Mw) para medir un sismo; incluyendo México, ya que esta escala funciona sobre una gama más amplia de tamaños de terremotos y es aplicable globalmente. Las estimaciones de esta escala son aproximadamente las mismas que las de Richter para terremotos pequeños y grandes. Pero sólo la escala de magnitud de momento es capaz de medir con precisión eventos de M8 (magnitud 8) y mayores.
Escala logarítmica
Las magnitudes se basan en una escala logarítmica (base 10). Lo que significa que un terremoto de magnitud 5 produciría diez veces el nivel de sacudimiento que un terremoto de magnitud 4, pero sería liberada 32 veces más energía. Los terremotos que miden menos de 3.0 grados generalmente no se sienten, mientras que uno de 5.0 produce la misma cantidad de energía que la bomba atómica de Hiroshima.
El terremoto más grande que se tiene registrado, ocurrió en el sur de Chile en 1960 y tuvo una magnitud de 9.5° Las ondas de choque viajaron alrededor del mundo durante varios días
¿Se pueden predecir los sismos?
A medida que la ciencia avanza, el área de estudio sobre la predicción de terremotos ha progresado considerablemente, pero aún es un área muy joven.
La tectónica de placas, que es nuestro marco básico para la comprensión de cómo ocurren los terremotos, tiene tan sólo 50 años de edad, por lo que a la fecha no existe y en un futuro cercano difícilmente existirá alguna predicción exacta de un sismo.
Sin embargo, los científicos pueden predecir dónde es probable que ocurran terremotos importantes con base en el movimiento de las placas tectónicas y la ubicación de zonas de falla. También pueden hacer conjeturas generales sobre cuándo podrían ocurrir terremotos en un área determinada, observando la historia de los terremotos en esa región y detectando el lugar en donde la presión se acumula a lo largo de las fallas.