La desertificación, un reto cada vez mayor Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
5 junio, 2024
Hasta el 40% de las zonas terrestres en el mundo están degradadas, así lo señala la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación. La mitad de la población mundial es afectada por esta situación.
Por otro lado, la duración y la cantidad de sequías han aumentado un 29% desde el año 2000. Para el año 2050 las sequías podrían afectar a más de tres cuartas partes de la población mundial.
Un suelo en constante degradación
La desertificación involucra la pérdida de la fertilidad en el suelo. También lleva a una incapacidad de los ecosistemas para cumplir su función reguladora en el suministro de bienes y servicios. Las zonas más sensibles a la desertificación son las áridas, semiáridas y subhúmedas secas.
El nombre de este fenómeno puede hacer pensar en una ampliación de los desiertos pero no es necesariamente así. Consiste en una degradación continua de los ecosistemas. Las zonas más afectadas son las que naturalmente tienen propensión a ser secas.
La desertificación puede ocurrir tanto por causas naturales como por la acción humana. La Convención de Lucha contra la Desertificación de las Naciones Unidas la define como “el proceso de degradación del suelo resultante de factores como las variaciones climáticas o las actividades humanas”.
Entre las causas de la desertificación están las sequías estacionales y las lluvias poco constantes en clima semiárido. También las tierras pobres y la erosión del suelo fomentan la desertificación.
Los incendios forestales también favorecen la desertificación. La migración del campo a las ciudades y el abandono de terrenos productivos es otro factor que favorece la desertificación.
Así mismo, la contaminación de los acuíferos y la sobreexplotación de los recursos hídricos fomentan la desertificación. El crecimiento urbano desorganizado se suma a estos factores, principalmente en las zonas costeras.
Finalmente, el cambio climático favorece la desertificación. Por una parte aumenta la temperatura en la superficie. Por otro lado, las precipitaciones disminuyen en algunas regiones por periodos prolongados.
Finalmente, el viento y el agua juegan a favor de la desertificación. Ambos arrastran la capa de suelo fértil, lo que provoca que la tierra se vuelva improductiva.
Los ecosistemas de zonas secas son frágiles por sí mismos. Cuando el suelo se degrada, tiene efectos negativos de gran alcance en la población. La desertificación es y será causa del desplazamiento de millones de personas.
La desertificación ha estado presente a lo largo de la historia humana. Ha sido causa de la caída de grandes imperios a causa de los desplazamientos de poblaciones locales. Sin embargo, el ritmo actual de desertificación es mucho mayor al que se ha visto antes: 30 a 35 veces mayor a la tasa histórica.
Alrededor de 2 mil millones de personas dependen de los ecosistemas de zonas secas. Casi el 90% de ellas viven en países en desarrollo.
La desertificación es un problema grave a nivel mundial. Es importante tomar medidas para frenarla. Si bien, algunos factores están fuera de nuestro control, existen acciones como mejorar la gestión del agua o la reforestación con especies nativas para mejorar la calidad del suelo.
Fuentes
Qué es la desertificación: causas y consecuencias
Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, 17 de junio