La Inteligencia Artificial ayuda a reconocer un nuevo canto de ballena Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
20 septiembre, 2024
Una de las ventajas de trabajar con Inteligencia Artificial (IA) es que reduce el tiempo de trabajo. Un grupo de investigadores reconoció un nuevo canto de ballena con su ayuda.
Esta tarea habría tomado al menos 23 años con un proceso de escucha humana. El sonido pertenece a un grupo de rorcuales de Bryde.
Un sonido nuevo entre 200,000 horas de grabación
La historia de este descubrimiento comienza en 2014. Entonces se realizaba un estudio autónomo de la Universidad del Estado de Oregon sobre el oleaje marino.
El lugar eran las islas Marianas, en el Pacífico Norte a una distancia similar entre Japón, Filipinas y Papúa Nueva Guinea. En las grabaciones se encontró una vocalización mecánica de ballena a la que se le dio el nombre de “Biotwang”.
En aquel estudio el registro fue únicamente acústico y a falta de imágenes se pensó que se trataba de una ballena barbada, sin determinar la especie. Para 2018 la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica estadounidense (NOAA) realizó un estudio con registro de imagen y sonido sobre mamíferos marinos en el archipiélago Mariana.
El estudio de la NOAA duró un mes e identificó 10 grupos diferentes de ballenas de Bryde. El sonido “Biotwang” apareció en nueve de ellas. Este nuevo estudio ayudó a resolver el misterio que había surgido cuatro años atrás.
Las grabaciones pasivo-acústicas de larga duración que realiza la NOAA monitorean el estatus y la salud de las poblaciones de mamíferos marinos. Esto se vuelve particularmente importante en ubicaciones remotas y de difícil acceso.
Desde 2005 se han desplegado 13 ubicaciones de grabación de datos en el fondo del Pacífico Norte. En ese tiempo se han recopilado más de 500 terabyte de datos, donde se encuentran alrededor de 200,000 horas de grabación.
Para escuchar todas las grabaciones serían necesarios al menos 23 años. Como previamente no se conocía el sonido “Biotwang”, los científicos no sabían donde comenzar a buscar para encontrarlo.
La NOAA trabaja con Google y recurrió a una máquina de aprendizaje basada en IA para identificar las apariciones de “Biotwang” en las grabaciones. El uso de este recurso permitió reducir el análisis a unas horas, en vez de varios años.
Este modelo forma parte de un modelo de clasificación de aprendizaje automático de vocalización de mamíferos marinos multiespecie de código abierto. Su uso permitió un análisis rápido y eficiente con una precisión mayor que la que ofrecen los métodos tradicionales.
Los investigadores identificaron que el sonido “Biotwang” tiene una presencia estacional consistente. Aparece únicamente en el archipiélago Mariana y al este de la isla Wake.
Esto sugiere que el sonido debe ser un llamado especial de una población de rorcuales de Bryde que habitan el oeste del Pacífico Norte. Conocer este dato ayuda a monitorear la distribución de su población.
La aparición estacional del sonido “Biotwang” es consistente con la migración de los rorcuales de Bryde entre las latitudes medias y bajas. Hay un pequeño pico que aparece entre febrero y abril, así como un gran pico presente entre agosto y noviembre, cuando las ballenas pasan por los sitios de grabación.
Los picos presentan variaciones año con año. En 2016 se registraron muchos sonidos “Biotwang”. Aquel fue un año con un fenómeno de “El Niño” muy fuerte. Casi no se escucharon durante 2021 cuando estuvo presente su contraparte, “La Niña”.
Los científicos suponen que estas ballenas se alimentan siguiendo las corrientes que son influenciadas por la Oscilación Decadal del Pacífico. Ante el cambio climático y los eventos extremos de “El Niño” y “La Niña” es posible que ocurran cambios que lleven a estos cetáceos más cerca de los polos. Esto obligaría a los rorcuales de Bryde a viajar más lejos y trabajar más duro para conseguir comida, lo que podría afectar su salud.
Este no es el único estudio que realiza la NOAA junto con Google para identificar sonidos de ballenas. En 2018 se usó una máquina de aprendizaje automático para identificar el canto de las ballenas jorobadas en un conjunto acústico pasivo de datos de larga duración. Aquel fue el primer gran análisis de audio realizado en forma comprensiva.