La Luna podría estar llena de agua Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
2 junio, 2017
Un grupo de científicos de la Universidad de Brown, Estados Unidos, estudió los depósitos piroclásticos distribuidos en la superficie de la Luna y descubrió que éstas grandes capas de roca formadas por erupciones volcánicas de hace unos 100 millones de años, podrían aportar pruebas a la existencia de grandes cantidades de agua en el interior de nuestro satélite natural.
Durante mucho tiempo se pensó que la Luna estaba totalmente seca. Una superficie polvorienta y sin una atmósfera substancial, temperaturas extremas, y la poca gravedad (6 veces menos que en la Tierra) hacían imposible pensar que pudiera retener moléculas de agua.
Pero esa idea comenzó a cambiar en el 2008, cuando un grupo de científicos detectó presencia de agua en algunas piedras de vidrio volcánico traídas a la Tierra por las misiones Apolo 15 y 17; tres años después, se descubrió que estas perlas cristalinas contenían cantidades de agua similares a las de algunos basaltos de la Tierra, pero los científicos no podían saber si estas muestras eran únicas o si otros flujos volcánicos en la Luna contenían estos rastros de agua.
Sin embargo, este nuevo estudio, publicado en la revista Nature Geoscience y liderado por Ralph Milliken, geólogo de la Universidad de Brown, ha revelado que es probable que existan cantidades sustanciales de agua en el manto de la Luna, lo que sugeriría que el agua llegó ahí en su fase de formación, antes de que la Luna se solidificara por completo, siendo esa la razón de que esté atrapada en el interior del satélite.
Los científicos han observado los rastros de agua en depósitos que hoy se encuentran en la superficie, pero estos depósitos son el resultado de erupciones de magma que proviene de las profundidades de la Luna, por lo cual infirieron que si los productos del magma en la superficie tienen rastros de agua, el interior del satélite debería contener agua también.
Los datos recolectados por el “Instrumento Mapeador de Minerales de la Luna”, (MMMI por sus siglas en inglés), que se encuentra abordo del satélite de la India Chandrayaan-1, el cual mide y estudia la luz del sol que es reflejada por la luna en la zona visible y en las longitudes de onda cercanas al espectro infrarrojo, permitieron a los científicos calcular la cantidad de agua que se encuentra atrapada en estos depósitos volcánicos.
El proceso para llevar a cabo estas estimaciones se basó en el aislamiento de la luz solar reflejada de la energía térmica emitida por la superficie caliente de la Luna. Los diferentes compuestos y minerales que se encuentran en el satélite reflejan la luz de distintas maneras, por lo cual la investigación se centró en el estudio de las longitudes de onda donde las moléculas de H2O y OH absorben la luz solar, para así llegar a la conclusión de que es posible la existencia de agua en grandes cantidades.
El trabajo de Milliken y sus colaboradores ha arrojado resultados que nos permiten pensar que casi todos los grandes depósitos piroclásitcos contienen agua, ya que parece ser un factor común de los magmas que vienen del interior de la Luna, lo que quiere decir que la mayor parte del manto lunar podría contener el vital líquido.
Para el equipo de investigadores aún resta revelar el misterio que supone la existencia de agua en nuestro satélite natural, porque resulta difícil pensar que el agua llegó a la Luna previo a su solidificación, pues la energía y el calor liberados por este fenómeno hubieran evaporado por completo cualquier rastro de ella. La opción más viable para explicar su existencia, es que el agua haya llegado al satélite después de su solidificación, pero antes de que se hubiera enfriado por completo; muy probablemente por medio de cometas y asteroides.
En caso de que se llegue a comprobar la presencia de esta cantidad de agua en la Luna, podría significar un parteaguas en la exploración lunar y sobretodo en las intenciones del ser humano de colonizar el satélite, además de que podría ayudar a entender de mejor manera, cómo es que el agua llegó a nuestro planeta.