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La Navidad y la ciencia detrás de ella… Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
28 mayo, 2019
La estrella de Belén
La estrella de Belén o de Navidad es la estrella que guió a los tres reyes magos al lugar preciso del nacimiento de Jesús, Belén.
Aunque no se sabe a ciencia cierta si la estrella realmente existió, la mayoría de los astrónomos, después de rechazar la posibilidad de que el cometa Halley haya sido visible en esa fecha, coinciden en que pudo haber sido una suma de importantes acontecimientos astronómicos. La más importante, una “conjunción triple” de Júpiter y Saturno, en donde estos dos planetas se alejaron y acercaron en el cielo tres veces en un periodo de 7 meses. Posteriormente, pudieron haber sido testigos de una supernova, es decir la aparición de una estrella en el cielo producto de su brillante explosión.
El Polo Norte
El Polo Norte es la residencia oficial de Santa Claus (conocido en otras partes del mundo como Papa Noél, Nikolaus, San Nicolás, etc.) pero también es el punto más septentrional de la Tierra, es decir el punto más al norte y el lugar por donde pasa el eje imaginario de la Tierra.
El Polo Norte se encuentra en medio del Océano Ártico, en agua que casi siempre está cubierta de hielo, esto lo hace más caliente que el Polo Sur, debido a que el agua del mar capta y almacena más calor que un continente, como es el caso de la Antártica en el Polo Sur.
Debido a la inclinación de la Tierra, el Polo Norte experimenta sólo una salida y una puesta del Sol durante el año. Lo que se traduce en 6 meses de luz en el verano y 6 meses de oscuridad durante el invierno.
El árbol de navidad
Cuando hablamos de los árboles de navidad generalmente nos referimos a una conífera, el término común para la gran variedad de árboles en forma de cono como abetos y pinos. Las coníferas son plantas leñosas que aparecieron sobre la Tierra hace unos 300 millones de años, en el periodo Carbonífero y se fueron formando a lo largo del Mesozoico, junto con los dinosaurios.
La gran mayoría de las especies coníferas habita en las regiones templadas y boreales del planeta, y son plantas muy resistentes, pues se han adaptado a la poca disponibilidad de agua, al intenso frío y a la corta duración de las lluvias.
Si bien existen varias teorías en torno al origen de esta planta como símbolo de la Navidad, una de las más aceptadas es que proviene de los celtas de Europa central, quienes empleaban árboles para representar a varios dioses. Posteriormente, con la evangelización los cristianos tomaron la idea del árbol para celebrar el nacimiento de Cristo. El primer árbol de Navidad como lo conocemos hoy en día apareció en Alemania en 1605.