La población de ballenas jorobadas del Atlántico sur se recupera de la casi extinción Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
22 octubre, 2019
En la década de los 60 del siglo XX comenzó la protección internacional sobre las ballenas. Para entonces las poblaciones de cetáceos ya habían sufrido los efectos de la cacería indiscriminada. En 1830 se estima que vivían aproximadamente 27 mil ballenas jorobadas. Para la década de los 50, poco más de un siglo después, esta cifra había descendido a únicamente 450. Un estudio publicado recientemente por la revista científica The Royal Society Publishing muestra que los números han mejorado en los últimos años, con una recuperación del 93% de la población original.
Supervivencia de ballenas, una tarea difícil
A principios del siglo XX la caza de ballenas se convirtió en un gran negocio. Hablando específicamente de las jorobadas, se estima que en sólo 12 años a inicios del siglo pasado se capturaron 25 mil individuos de esta especie. Apenas en la década de los 60 se hizo pública la disminución de sus poblaciones y para la década de los 80 se establecieron las moratorias sobre su casa comercial.
Aún con la protección internacional, su protección no ha sido fácil. Algunas naciones como Japón, que recientemente salió de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), Noruega o Islandia, se resisten abandonar la cacería de cetáceos. De distintas formas se justifica el atrapar a estos gigantes marinos. Hasta el año pasado Japón justificaba su captura de ballenas con fines científicos. En otros casos se ignora abiertamente las restricciones internacionales.
A la actividad humana se suman condiciones ambientales. Para las ballenas jorobadas, el foco del estudio realizado por Grant Adams, John Best y André Punt, los problemas incluyen también su alimentación. El krill, su fuente principal de alimento, ha sido afectado por los efectos del calentamiento oceánico. Bajo estas condiciones su población se ha acorralado en las regiones cercanas a los polos. Esto obliga a las ballenas jorobadas a competir con otras especies como pingüinos y focas.
Una medición alentadora
Adams, Best y Punt, de la Escuela de Ciencias Pesqueras y Acuáticas de la Universidad de Washington (UW), compararon datos de distintos tipos. A través de datos de distintas fuentes (aéreas y acuáticas), además de modelos para estimar la incertidumbre sobre la captura de ballenas (incluyendo las que no llegaron a tierra), modelaron escenarios sobre la población actual de ballenas jorobadas. Según sus cálculos, la población actual es de 25 mil individuos.
Los resultados de estos investigadores son más alentadores de lo esperado. Como referencia, las mediciones de la CBI entre 2006 y 2015 reportaban una recuperación de 30%, respecto a la época previa a la sobreexplotación. Con nuevos datos que han aparecido desde entonces y con el modelo propuesto por Adams y sus colegas tenemos un panorama más alentador. “Estamos sorprendidos de aprender que la población se recupera más rápido que lo sugerido por estudios previos”, comentó Best en un comunicado de la UW.
Entre los aportes del modelo propuesto en el artículo publicado por The Royal Society Publishing está que considera a los individuos que sufrieron agresiones pero no lograron ser capturados. Los barcos balleneros no siempre se quedan con la presa a la que arponearon, esta puede liberarse y escapar. Considerando esta incertidumbre se creó el modelo que promete ser útil en otras investigaciones. “Creemos que la transparencia en la ciencia es importante. El software que escribimos para este proyecto está disponible para el público y cualquiera puede reproducir nuestros hallazgos”, comentó Adams en el mismo comunicado.
Existen muchas variables cuando estudiamos cómo ha cambiado una población. Los resultados de esta investigación muestran que la combinación de todas ellas es indispensable para comprender lo que pasa con las ballenas jorobadas u otras especies amenazadas por la extinción. ¿Qué pasará con estos cetáceos en el futuro?