La visión de Euclid fue reparada Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
26 marzo, 2024
El verano pasado Euclid partió al punto Lagrange 2 (L2). Desde ahí tiene la misión de hacer un mapa de un tercio del universo para comprender mejor su estructura.
Este telescopio espacial tuvo un problema inesperado con sus lentes: se estaba formando hielo sobre ellos. Este martes 26 de marzo de 2024 la ESA anunció que encontró una solución para que siga observando el cosmos sin contratiempos.
Una solución a 1.5 millones de kilómetros
Euclid fue diseñado para revelar los secretos de la materia oscura y la energía oscura. Se cree que estas dos conforman el 95% del universo. Sin embargo, en su primer año de funcionamiento apareció un obstáculo ambiental.
Algunos nanómetros de hielo, que equivalen al tamaño de una molécula grande, comenzaron a acumularse en sus instrumentos ópticos. Las gotas que se formaron se estaban convirtiendo en un obstáculo para la luz de las galaxias distantes que llegaban hasta el telescopio.
En el proyecto participan algunas divisiones de la Agencia Espacial Europea (ESA): ESTEC technical heart en Países Bajos, ESOC mission control en Alemania, ESAC science operations centre en España y Euclid Consortium. También forman parte del equipo empresas privadas: Thales Alenia Space y Airbus Space. Todas ellas hicieron equipo para buscar una solución.
“Fue un enorme esfuerzo de equipo en los últimos meses para planificar, ejecutar y analizar el calentamiento de espejos seleccionados a bordo de Euclides, dando como resultado el fantástico resultado que vemos ahora”, relata Ralf Kohley, quien es Científico de Instrumentos a cargo de la revisión de la anomalía a bordo.
“Los espejos, y la cantidad de luz que entra a través del VIS seguirán siendo monitoreados, y los resultados de esta primera prueba continuarán siendo analizados a medida que convertimos este experimento en una parte central de volar y operar Euclid”, agrega Kohley.
Los espejos fueron calentados uno por uno y posteriormente en grupos para probar el efecto en la luz que reciben. El primer espejo que se calentó es el que ha causado más problemas, aunque todavía no se tiene claro el porqué.
Mischa Schirmer, quien es científico de calibración en Euclid Consortium explica el proceso para limpiar los lentes. Él es uno de los diseñadores principales del plan para descongelar los lentes.
“Nuestro principal sospechoso, el espejo más frío detrás de la óptica del telescopio principal, fue calentado de -147°C a -113°C. No necesitaba calentarse, porque en el vacío esta temperatura es suficiente para evaporar rápidamente todo el hielo”, describe Schirmer.
“¡Y funcionó como un encanto! Casi de inmediato, estábamos recibiendo un 15% más de luz del Universo. Estaba seguro de que veríamos una mejora considerable, pero no de manera tan espectacular”, agrega.
El procedimiento fue eficaz y permitió limpiar los instrumentos ópticos de Euclid de forma simple. Reiko Nakajima, quien es científico de instrumentos, explica que este proceso de limpieza se puede realizar cada seis a doce meses por un bajo costo.
El hielo es un problema común para dispositivos que viajan en el espacio. Los resultados que se obtuvieron con Euclid sientan un buen antecedente y sus resultados permitirán ayudar a satélites con el mismo problema.
Euclid es un proyecto en el que participan 13 naciones europeas, Estados Unidos, Japón y Canadá. Incluye a 2 mil científicos de 300 instituciones. Con los datos que aporta será posible ahondar en la estructura del universo y el papel que juegan en él la materia oscura y la energía oscura.