Las muestras del asteroide Ryugu son ricas en moléculas orgánicas Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
24 febrero, 2023
El sábado 5 de diciembre de 2020 las muestras tomadas del asteroide Ryugu llegaron a la Tierra. La nave espacial Hayabusa 2 logró depositar con éxito los fragmentos de este asteroide que ya fueron analizadas por especialistas de todo el mundo.
Aunque la misión de colecta de las muestras fue operada por la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA), es la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) la que dio a conocer el hallazgo de moléculas orgánicas en el asteroide.
Un tesoro espacial bajo estudio
Las moléculas orgánicas son las piezas de construcción para los organismos vivos en la Tierra. Se trata de una serie de compuestos a base de carbón que se combina con hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, azúfre y otros átomos.
Un detalle importante es que las moléculas orgánicas pueden surgir a partir de reacciones químicas. Que estén ahí no significa que exista o haya existido vida en el asteroide Ryugu. Sin embargo, son ingredientes que pudieron viajar por el sistema solar desde hace millones de años.
En la muestra había varios tipos de compuestos. Había varios tipos de aminoácidos, muchos de ellos se usan para construir proteínas en la Tierra. También contenía otros compuestos orgánicos que se forman en presencia de agua como las aminas alifáticas, ácidos carboxílicos, hidrocarburos aromáticos policíclicos y compuestos heterocíclicos con nitrógeno.
“La presencia de moléculas prebióticas en la superficie del asteroide a pesar de su duro entorno causado por el calentamiento solar y la irradiación ultravioleta, así como la irradiación de rayos cósmicos bajo condiciones de alto vacío, sugiere que los granos superficiales superiores de Ryugu tienen el potencial para proteger las moléculas orgánicas”, explica en un comunicado Hiroshi Naraoka de la Universidad de Fukuoka, en Japón.
“Estas moléculas pueden ser transportadas a través del sistema solar, potencialmente dispersándose como partículas de polvo interplanetario después de ser expulsadas de la capa más superior del asteroide por impactos u otras causas”, añade Naraoka, quien aparece como primer firmante de un artículo publicado recientemente por la revista Science.
“Hasta ahora, los resultados de aminoácidos de Ryugu son principalmente consistentes con lo que se ha visto en ciertos tipos de meteoritos ricos en carbono (carbonáceos) que han sido expuestos a la mayor cantidad de agua en el espacio”, describe Jason Dworkin del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, quien participó en el artículo.
Sin embargo, no todo es tan alentador con las muestras de Ryugu. Algunos azúcares y nucleobases que se han encontrado en otros meteoritos no aparecieron en las muestras de Ryugu. Ambos son componentes del Ácido Ribonucleico (ARN) y el Ácido Desoxirribonucleico (ADN).
“Es posible que estos compuestos estén presentes en el asteroide Ryugu, pero están por debajo de nuestros límites de detección analítica dada la relativamente pequeña masa de muestra disponible para el estudio”, señala Daniel Glavin del Centro de Vuelo Espacial Goddard, quien participó en el artículo.
Las muestras que tomó Hayabusa 2 el 22 de febrero de 2019 han tenido un camino largo en sus análisis por parte de científicos terrestres. En julio de 2021 se extrajeron en Japón. Se asignó apenas 30 miligramos de la muestra para un análisis soluble orgánico por parte de un equipo internacional. En el otoño de 2021 ya se trabajaba con ellos en la NASA.
Jason Dworkin explica que se quiere comparar las muestras de Ryugu con las que se tomaron del asteroide por parte de la NASA. “Se espera que OSIRIS-REx devuelva mucha más masa de muestra de Bennu y proporcionará otra oportunidad importante para buscar trazas de bloques orgánicos de vida en un asteroide rico en carbono”, comenta.
El estudio de asteroides permite conocer detalles del pasado del sistema solar. Ryugu y Bennu son un par de ellos que ya fueron visitados por misiones de exploración y servirán como muestra para estudiar nuestro vecindario estelar.