Llegan los primeros datos de la Voyager 2 fuera de la heliosfera Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
5 noviembre, 2019
Hace un año, el 5 de noviembre de 2018 la Voyager 2 cruzó el último límite de nuestro sistema solar. Con esto se convirtió en el segundo dispositivo fabricado por el hombre que ha cruzado la heliosfera, después de su gemela la Voyager 1. El nuevo número de la revista científica Nature Astronomy incluye 5 artículos que nos describen lo que encontró esta sonda espacial fuera del sistema solar.
Instantáneas del espacio interestelar
Hace un año, la Voyager 2 hizo historia al cruzar la frontera del sistema solar. En ese momento se encontraba a 119 Unidades Astronómicas (AU); cada una de ellas equivale a la distancia promedio entre el Sol y la Tierra. Esta sonda espacial salió de nuestro planeta en 1977, poco antes que su gemela la Voyager 1, que también ya se encuentra en espacio interestelar.
La heliosfera es la región del espacio bajo influencia del Sol. El viento y magnetismo solar abarcan una región de la que ahora tenemos algunos datos más. La frontera que divide a esta región del espacio interestelar se llama heliopausa y tras cruzarla, la Voyager 2 siguió enviando información. El tránsito fue más rápido de lo esperado, tardó menos de 1 día en cruzar la heliopausa.
Cuando la Voyager 1 salió de la heliosfera en 2012 sus mediciones fueron más limitadas que las de su gemela. Su instrumento de plasma estaba dañado desde 1980, por lo que no logró medir todos los cambios en su entorno. Los resultados de este primer envío de datos de la Voyager 2 confirman algunas mediciones de la Voyager 1 y aparecen también diferencias; por ejemplo, para esta segunda sonda el límite de la heliosfera resultó más delgado y suave, además el campo magnético interestelar resultó más fuerte de lo esperado.
El medio interestelar resultó más caliente y variable de lo esperado. Se estimaba una temperatura de entre 14,727 y 29,727 grados Celsius, esto a partir de los modelos y observaciones previas. Las mediciones de la Voyager 2 indican que esta oscila entre 29,727 y los 49,727 grados Celsius. Así lo menciona el artículo “Observaciones de plasma en la Voyager 2 de la heliopausa y el medio interestelar”, cuyo primer firmante es John D. Richardson, del Instituto Kavli para Astrofísica e Investigación del Espacio y el departamento de Física del Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Uno de los detalles que perdió la Voyager 1 es la presencia de una capa entre la heliopausa y el espacio interestelar. La interacción entre los iones de baja energía del sistema solar y los rayos cósmicos de alta energía de origen galáctico fue analizada en el artículo “Medición de rayos cósmicos de la Voyager 2 cuando cruzó al espacio interestelar”, que tiene por primer firmante a Edward C. Stone, del Instituto Tecnológico de California.
La interacción entre los límites del sistema solar y el espacio interestelar es más complejo de lo que se imaginaba. Mientras que la Voyager 1 encontró una heliopausa gruesa, para su gemela el borde fue más delgado. La primera cruzó por el hemisferio norte el 25 de agosto de 2012, mientras que la segunda lo hizo por el sur el 5 de noviembre de 2019. Ambas encontraron direcciones del flujo magnético distintas, lo que indica que hay cambios y la relación con el medio interestelar es dinámica. Así lo describe el artículo “Medición del campo magnético y partículas hecho por la Voyager 2 cerca y sobre la heliopausa”, que tiene por primer firmante a L.F. Burlaga del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.
La densidad de electrones en el medio interestelar fue otra de las mediciones publicadas. En este aspecto los datos de las gemelas Voyager son similares. La primera registró una densidad de 0.055 por cada centímetro cúbico, la medición es del 23 de octubre de 2013 a 122.6 AU de distancia. En esta segunda ocasión el resultado fue de 0.039 por cada centímetro cúbico y los datos se recolectaron el 30 de enero de 2019 a 119.7 AU de distancia. Esto se menciona en el artículo “Densidades de plasma cerca y más allá de la heliopausa desde los instrumentos de ondas de plasma de Voyager 1 y 2”, cuyo primer firmante es D.A. Gurnett del Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Iowa.
Finalmente, el cambio en las partículas cargadas energéticamente fue una de las señales del paso entre la heliosfera y el espacio interestelar. Las partículas de origen solar comenzarona disminuir desde el 7 de agosto de 2018 en las mediciones de la Voyager 2 y exactamente el 5 de noviembre hubo un cambio abrupto. En ese momento vino el cruce de la frontera. Así lo documenta el artículo “Medición de las partículas energéticamente cargadas de la Voyager 2 en la heliopausa y más allá”, del cual el primer firmante es Stamatios M. Krimigis del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad John Hopkins.
Tenemos nuevos datos sobre los límites de nuestro sistema solar. Las Voyager siguen su viaje interestelar y aunque la energía con que funcionan se terminará la próxima década, ya han descubierto detalles que hasta hace 4 décadas, cuando partieron, desconociamos.“Las dos Voyager sobrevivirán a la Tierra. Están en órbita en torno a la galaxia y durarán 5 mil millones de años, o más. La probabilidad de que se estrellen contra algo es prácticamente cero”, afirmó Bill Kurth, coautor de uno de los artículos. Aunque dejen de enviarnos datos, seguirán viajando por el espacio por mucho tiempo, como una más de sus hazañas.