Llegan los primeros huracanes de la temporada Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
6 septiembre, 2022
Este lunes 4 de septiembre “Kay” se convirtió en huracán categoría 1, con lo que se convierte en el primero del año en el Océano Pacífico. Desde el Atlántico “Danielle” había llegado a esta categoría el 2 de septiembre. Para este momento el Pacífico ya ha tenido 12 ciclones tropicales y el Atlántico 6.
La mayoría de ellos ha sido de baja intensidad y por el momento sólo “Kay” y “Danielle” han llegado a convertirse en huracanes. Para este momento “Kay” es el único que representa peligro para las costas mexicanas.
Una temporada que apenas comienza
El nombre “huracán” proviene de un dios maya. Sin embargo, tanto las costas del Atlántico como las del Pacífico viven este fenómeno cada año. Los ciclones tropicales reciben distintos nombres alrededor del mundo.
La Organización Meteorológica Mundial (WMO) define al ciclón tropical como: “una tormenta de rápida rotación que se origina en los océanos tropicales, de donde extrae la energía necesaria para desarrollarse. Tiene un centro de baja presión y nubes que se desplazan en espiral hacia la pared que rodea el ‘ojo’, la parte central del sistema donde no hay nubes y las condiciones meteorológicas son por lo general tranquilas. Su diámetro suele ser de unos 200 a 500 km, pero puede alcanzar los 1000 km”. Entre sus efectos están vientos muy violentos, lluvias torrenciales, olas altas y en ocasiones mareas de tempestad e inundaciones costeras.
De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) se esperan precipitaciones de entre 150 y 250 milímetros a causa de “Kay”. El huracán se acerca a las costas de Colima. Los estados donde se sentirá su presencia con lluvias intensas son Sinaloa, Nayarit, Colima y Michoacán, en Jalisco se pronostican lluvias puntuales intensas en Jalisco.
Para el lunes 5 de septiembre “Kay” se encontraba a 495 kilómetros al suroeste de Manzanillo, Colima, y 855 kilómetros al sur-sureste de Cabo San Lucas en Baja California Sur. Se desplaza hacia el oeste-noroeste a 17 kilómetros por hora. El huracán tiene rachas de viento de entre 90 y 110 kilómetros por hora.
“Danielle” vive una situación completamente diferente. Se desplaza a 120 kilómetros por hora en el Océano Atlántico. No se prevé que se acerque a la costa. Se desplaza hacia el oeste a 1.6 kilómetros por hora. Se convirtió en huracán a 1,448 kilómetros de las islas Azores, en el Atlántico Norte. Las islas afectadas son Barbados y Puerto Rico. Es posible que se mueva hacia Bermuda durante la semana.
Los ciclones tropicales, comenzaron en momentos distintos del año. El primero para el Pacífico fue la depresión tropical Agatha que apareció el 27 de mayo, se ubicó cerca de Puerto Ángel, Oaxaca; alcanzó vientos máximos de 55 kilómetros por hora y rachas de hasta 75. En el Atlántico fue Alex el 2 de junio con vientos máximos de 55 kilómetros por hora también con rachas de hasta 75; se ubicó al suroeste de Cabo Catoche, Quintana Roo.
En el Pacífico siguieron Blas (14 de junio), Celia (16 de junio), Bonnie (2 de julio), Darby (9 de julio), Estelle (15 de julio), Frank (26 de julio), Georgette (27 de julio), Howard (6 de agosto), Ivette (13 de agosto), Javier (1 de septiembre) y Kay (4 de septiembre). Del lado del Atlántico tras Alex vinieron Bonnie (27 de junio), Colin (2 de julio), PCT4 (19 de agosto), Danielle (1 de septiembre) y Earl (2 de septiembre).
Los ciclones tropicales se clasifican de acuerdo con la velocidad que alcanzan sus vientos máximos. Hasta 63 kilómetros por hora se considera depresión tropical. Entre 63 y 118 se le llama tormenta tropical. Entre 118 y 152 se considera huracán categoría 1. Entre 153 y 178 es un huracán categoría 2. Entre 179 y 209 se trata de un huracán categoría 3. Entre 210 y 250 el huracán se considera categoría 4. La categoría 5 se alcanza superando los 250 kilómetros por hora.
Ya han pasado algunos meses desde que comenzó la temporada de huracanes en los dos océanos que rodean nuestro país. Hasta ahora no han alcanzado grandes dimensiones. “Key” es el primero que representa una amenaza y no es alarmante. La temporada termina en noviembre. Este fenómeno natural está presente cada año y es importante que la población que habita en zonas de riesgo esté preparada para afrontarlos.