Los datos de Chang’e 1 y 2 confirman procesos volcánicos en la Luna Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
8 julio, 2023
Por mucho tiempo se creyó que los cráteres de la Luna pertenecían a volcanes. Las misiones Apolo ayudaron a confirmar que la mayoría de ellos se formaron por impactos.
Casi medio siglo después, los datos de las primeras misiones de exploración china permiten reconocer procesos volcánicos bajo la superficie de nuestro satélite. Las mediciones de microondas permitieron mapear las temperaturas lunares.
Actividad volcánica bajo la superficie de la Luna
“Había abundante vulcanismo, con basaltos de inundación, delgadas lavas que fluyen, cubriendo alrededor del 16% de la Luna, pero no mucho en el camino de lavas más gruesas y silícicas que podrían formar algo que podríamos llamar un volcán”, menciona en un comunicado Matthew Siegler, quien es investigador Senior en el Instituto de Ciencia Planetaria (PSI) y aparece como primer firmante del estudio publicado por la revista científica Nature.
Los instrumentos de microondas de las Chang’e 1 y 2 permitieron ver en longitudes de onda más allá del infrarrojo. Esto ayudó a realizar mapas de temperatura bajo la superficie de la Luna.
“Lo que encontramos fue que uno de estos volcanes sospechosos, conocido como Compton-Belkovich, estaba absolutamente brillante en longitudes de onda de microondas”, relata Siegler.
El investigador explica que ese brillo indica calor, aunque no necesariamente en la superficie como ocurriría en una medición de infrarrojo. La única explicación que encontraron factible él y sus colaboradores es que este calor provenía de alguna parte bajo la corteza lunar; Compton-Belkovich podría ser un volcán que oculta una fuente de calor bajo su superficie.
La evidencia de la superficie indica que la última erupción de Compton-Belkovich ocurrió hace 3.5 mil millones de años. El calor que se registra en los registros de microondas no proviene de lava derretida, sino de elementos radiactivos en lo que ahora es roca sólida. El granito es el único tipo de roca con los elementos radiactivos suficientes para producir el tipo de brillo que se registró.
Los datos recolectados por las Chang’e muestran que alguna vez un volcán lunar fue alimentado por una gran cámara de magma de granito. Los investigadores encontraron un batolito granítico, un cuerpo de más de 20 kilómetros de lo que una vez fue lava subsuperficial que nunca hizo erupción.
En la Tierra existen batolitos bajo las cadenas volcánicas, así ocurre en los Andes. Los batolitos las alimentan y cuando se enfrían forman granito; son un tipo de roca que se forma con lava fría que nunca salió a la superficie. En el sistema solar no son fáciles de encontrar fuera de la Tierra.
Para realizar la investigación, Siegler y sus colaboradores usaron datos abiertos de las misiones Chang’e. Sin embargo, el proyecto que los llevó a encontrar los indicios de vulcanismo fue pagado por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio estadounidense (NASA), sin colaboración directa con investigadores chinos.
“Fue un buen proyecto en el que China hizo públicos sus datos - al igual que la NASA- y pudimos trabajar con este conjunto de datos únicos para averiguar algo realmente interesante sobre la Luna”, comenta Siegler.