Los fósiles en la “Cuna de la humanidad” podrían ser un millón de años más antiguos de lo que se pensaba Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
29 junio, 2022
La “Cuna de la humanidad” es un sitio arqueológico en Sudáfrica. Su valor cultural es tan grande que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) lo considera patrimonio de la humanidad. Ahí se encuentra un sistema de cuevas donde se han encontrado distintos depósitos fósiles, entre los que se encuentra Sterkfontein.
Este depósito, en donde se encontró el primer australopithecus adulto conocido, sirvió a un equipo internacional de investigadores para poner a prueba un nuevo método de datación de fósiles de homínidos.
El cálculo de la edad de nuestros ancestros
El depósito de Sterkfontein es un espacio adecuado para estudiar al Australopithecus africanus. Por mucho tiempo se creyó que esta especie habitó la región entre 2 y 2.5 millones de años atrás. El nuevo cálculo los coloca entre 3.4 y 3.7 millones de años atrás, lo que marca casi un millón de años de diferencia. Esto los coloca al principio de la época de los Australopithecus y no al final, como se creía.
Los métodos de datación han dado diferentes resultados sobre los fósiles de la “Cuna de la humanidad”. Durante décadas la comunidad científica ha estudiado los fósiles de los ancestros de nuestra especie, así como los parientes cercanos. Un nuevo método desarrollado por cienctíficos de la Universidades Purdue (Indiana, Estados Unidos), la Universidad de Witwatersrand (Johannesburgo, Sudáfrica) y la University de Toulouse Jean Jaurès (Francia), modifica la edad que se había calculado sobre algunos fósiles del depósito Sterkfontein. La nueva estimación los coloca incluso antes de los de Dinkinesh, en donde se encontró a uno de los fósiles más famosos de Australopithecus afarensis: Lucy.
En 1936 se encontró en el depósito Sterkfontein al primer Australopithecus adulto. Ahí también se han encontrado otros fósiles famosos como Mrs. Ples (que posteriormente se concluyó no era una señora, sino un señor) y Little Foot (del que se conserva un esqueleto casi completo). Darryl Granger ya ha trabajado en este depósito, él es profesor de ciencias de la Tierra, atmosféricas y planetarias en el Colegio de Ciencias de la Universidad Purdue y participó en la investigación que propone una edad distinta para los fósiles. Entre los acercamientos de Granger con el depósito está su datación de Little Foot que lo ubica hace 3.7 millones de años, aunque aún se debate la edad real entre la comunidad científica.
Sterkfontein es un sistema complejo de cuevas. En él se conservan vestigios de la ocupación de homínidos en el área. Existen diferentes métodos de datación y las condiciones de este sistema de cavernas complica un análisis conciso. Tanto rocas como huesos se encuentran tirados en hoyos profundos, lo que complica reconocer qué objetos pertenecen a la mísma época.
Como contraste, otros depósitos de ancestros humanos permiten un análisis más preciso. Un ejemplo de esto es el Gran Valle del Rift en donde la ceniza de los volcanes que cubre los fósiles permite calcular su edad. Normalmente los objetos que rodean a los fósiles permiten hacer una datación confiable; sin embargo, en Sterkfontein los huesos están mezclados en las cuevas, flujos de roca pueden mezclarse fácilmente con sedimentos mucho más antiguos y esto hace poco confiable la datación.
Para calcular la edad de los fósiles los investigadores recurrieron a un acelerador de espectrometría de masa. Así midieron los núclidos radiactivos en las rocas. De esta forma fue posible comprender la forma en que se fueron acumulando los sedimentos. El equipo de científicos recurrió a isótopos muy raros que son producidos por rayos cósmicos (partículas de alta energía que bombardean la Tierra constantemente). Cuando los rayos cósmicos llegan a la superficie de nuestro planeta provocan reacciones nucleares en las rocas, lo que forma isótopos radiactivos entre los cristales minerales.
Un ejemplo de esto es el aluminio-26, en el que se pierde un neutrón y decae hasta convertirse en magnesio después de millones de años; este isótopo sólo puede formarse cuando las rocas están expuestas en la superficie, no cuando están en el subsuelo. Así que se analizaron estos isótopos para reconocer en qué momento las rocas que cubren los fósiles estuvieron expuestas a los rayos cósmicos. También se recurrió a otro isótopo llamado berilio-10.
“Lo que espero es que esto convenza a la gente de que este método de datación da resultados confiables”, comenta Granger. “Usando este método, podemos ubicar con mayor precisión a los humanos antiguos y sus parientes en los períodos de tiempo correctos, en África y en otras partes del mundo”, agrega. Conocer la edad de los fósiles de ancestros de nuestra especie y parientes cercanos ayuda a la comunidad científica a comprender mejor cómo fue el desarrollo de nuestra especie a lo largo de la historia.Por ahora tenemos una nueva propuesta de edad para una especie que se consideraba mucho más joven.
Los resultados se publicaron en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). El título del artículo es “Datación cosmogénica del nucleido de Australopithecus en Sterkfontein, Sudáfrica”.