Los incendios en África fertilizan el Amazonas Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
31 julio, 2019
Hace unos años se volvió viral la noticia de una conexión a gran distancia entre dos ecosistemas aparentemente opuestos. En aquel momento se daba a conocer que la arena del desierto más grande del mundo, el Sahara, participaba en la fertilización de la selva Amazónica. Un equipo de investigadores internacionales decidió poner a prueba esta hipótesis y encontraron un detalle que había pasado desapercibido anteriormente, los resultados se publicaron en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS). También los incendios del continente africano colaboran con el Amazonas y no se queda ahí.
Distintas temporadas, un mismo nutriente
La clave en esta ocasión fue el fósforo, cuyo símbolo químico es la P. Esta sustancia estimula la productividad tanto de los ecosistemas terrestres como los marinos. A partir de información satelital los investigadores reconocieron que en la cuenca del Amazonas los niveles de fósforo eran mayores a las que se estimaban previamente. No es la única región con esa presencia del fósforo, también ocurre en el Océano Atlántico Tropical (en el estudio se le nombra TAO, por sus siglas en inglés).
El origen de ese fósforo se reconoce en el sur de África. La forma de reconocerlo fue que, incluso en la época en que se traslada poca arena, las cantidades de fósforo siguen siendo altas en el Amazonas y el TAO. La primavera es la época en que llega la mayor cantidad de arena a la cuenca amazónica. Durante otoño las cantidades se mantienen, aunque es el momento con menor cantidad de arena.
Al notar este detalle se consideró un elemento que había pasado desapercibido antes: la biomasa de quema del sur de África (llamada BB en el estudio, por sus siglas en inglés). Al integrar este factor al modelo de transporte químico, los investigadores encontraron que tiene una gran importancia en la fertilización, tanto de la superficie terrestre como en el fondo marino en los alrededores de la cuenca del Amazonas.
El fósforo proveniente de la quema de biomasa presenta una solubilidad mayor al de la arena. En el caso de esta última el porcentaje de solubilidad es de apenas 5%. Por su parte, la BB, tiene niveles mayores de solubilidad y sus efectos se reconocen en el océano. Por lo tanto, estaba pasando inadvertido el factor de mayor peso para aumentar la productividad en los ecosistemas terrestre y marino. La época de mayor influencia es el verano y otoño del hemisferio sur.
Los investigadores también recurrieron a muestras tomadas de la región estudiada. El equipo contó con integrantes de las universidades de Miami, Cornell y el Observatorio de la Calidad del Aire en Guyana Francesa. Esta última Institución fue la más cercana a las muestras que se usaron para el estudio. Se hicieron mediciones en materiales obtenidos en Cayenne, Guyana Francesa. Ahí se identificó presencia de un fósforo con altos niveles de solubilidad. Así fue que se reconoció la presencia de la quema de biomasa del sur de África.
Los ciclos en nuestro planeta aún guardan sorpresas para nuestra imaginación. Distintos equipos de científicos alrededor del mundo encuentran detalles constantemente. Hace unos años nos sorprendía que dos lugares tan distantes como el Sahara y la Amazonia estuvieran conectados. Ahora sabemos que no es la única relación entre los ecosistemas de África y Suramérica. Un incendio no deja de ser una tragedia, pero en este caso, una selva a varios kilómetros de distancia, se ve beneficiada por ellos. Habrá que continuar estudiando la forma en que nuestro mundo y sus ecosistemas se comunican.