Los paraísos fiscales y su relación con la deforestación y la pesca ilegal Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
28 mayo, 2019
Por: Luis Moctezuma
En 2016 se reveló la existencia de los Panama Papers y la opinión pública se centró en la evasión fiscal y las fortunas ocultas. Si bien, existen muchos otros paraísos fiscales que permiten a ricos y poderosos evadir el pago de impuestos en sus países de origen, la captación de recursos públicos no es la única afectada. Un estudio recientemente publicado por la revista Nature se enfoca en la relación entre estos paraísos fiscales y el deterioro ambiental.
La red de evasión fiscal y destrucción ambiental
El medio ambiente no fue considerado inicialmente como un factor relevante cuando los escándalos surgieron hace un par de años. Sin embargo, a través de un cruce de datos cuantitativos y casos documentados, un grupo de investigadores de las universidades de Estocolmo y Amsterdam llegaron a una serie de conclusiones. Si bien, no existe información suficiente para afirmar que los paraísos fiscales son una causa directa del daño ambiental, si hay una serie de coincidencias que hacen pensar en su relación indirecta.
Los focos de atención para estos investigadores fueron dos: la pesca a nivel mundial y la deforestación en el Amazonas. En el caso de la pesca los datos vinieron por la afiliación nacional de los barcos que realizan esta actividad. En el caso de la selva amazónica, entorno del río más caudaloso del mundo, la deforestación se midió principalmente con base en el área que se ha convertido progresivamente en campo de ganadería o agricultura.
La pesca está regulada internacionalmente y es aquí donde entran los datos que se exponen en el artículo publicado por Nature. Mientras apenas el 4% de los barcos que pescan legalmente provienen de paraísos fiscales, la cifra en vehículos no registrados es mucho mayor. 70% de los barcos reconocidos por participar en pesca no regulada, sin reportes o ilegal provienen de estas naciones. Un ejemplo muy claro es Mongolia; aquél país asiático no tiene costa y aún así cuenta con una flota pesquera de gran tamaño.
En el caso de la Amazonia los datos apuntan con mayor claridad a dos direcciones. Tanto la ganadería como el cultivo de soja han recibido cantidades importantes de capital extranjero. Para esto los investigadores recurrieron a cifras del banco de Brasil, de entre 2000 y 2011. Los beneficiarios fueron 9 empresas dedicadas a la producción de soya y carne. De los 26.9 mil millones extranjeros que se invirtieron en estas empresas 18.4 mil millones provenían de paraísos fiscales (el 68.4%). En algunos casos el capital proveniente de paraísos fiscales era el entre el 90% y 100%.
Crédito: Stockholm Resilience Centre
¿Los paraísos fiscales subsidian la destrucción del planeta?
El estudio no es definitivo; toma como base una serie de estudios que se cruzan de forma adecuada. Más que una conclusión tajante lo que ofrece es una línea de investigación para comprender la relación entre el deterioro del ambiente y el dinero que paga pocos o nulos impuestos.
Hay una serie de coincidencias que no pueden dejarse pasar. Por ejemplo, en el caso de la Amazonia, la procedencia del dinero invertido en las empresas ganaderas y agricultoras que promueven la deforestación es relativamente fácil de ubicar. Mucho del capital extranjero que se invirtió en productores de soja y de carne en Brasil se había canalizado desde las Islas Caimán. Una de las ventajas para los inversores que llevan su dinero a este paraíso fiscal es que no se puede revelar mucha de su información, legalmente se puede divulgar únicamente el nombre, tipo de empresa, fecha de registro, domicilio social y estado de la empresa. Con estos datos es difícil saber quién está detrás de una inversión.
Esta investigación es sólo el inicio de algo mucho más grande. Si aquellos países que ofrecen beneficios fiscales para sus inversores como las Islas Caimán, Suiza o Luxemburgo participan activamente en empresas que dañan el medio ambiente será un asunto sobre el que se deben hacer un seguimiento legal.
El invertir en un país que cobra poco y promete ganancias altas no es necesariamente un delito; sin embargo, si este dinero se utiliza para dañar al ambiente habrá que presionar para que se tomen medidas más drásticas y frenarlo. Por ahora sabemos un poco de lo que pasa con la selva amazónica y la pesca a nivel internacional, lo que aún sigue oculto posiblemente sea todavía más preocupante.