Mapean áreas libres de hielo en Antártida para promover la conservación Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
28 enero, 2025
Antártida es un territorio que solemos imaginar como un bloque de hielo al sur del planeta. Sin embargo, 0.5% de este continente corresponde a terreno libre de hielo.
Ahí se encuentran ecosistemas únicos pero actualmente se encuentran bajo amenaza por la actividad humana y el cambio climático. Esto llevó a un grupo de científicos del Centro de Ciencias Ecosistémicas de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sydney a crear un mapa sobre este territorio.
Ahí donde no existe hielo
El mapa es de alta resolución. Además parte de un sistema de clasificación jerárquica sobre los terrenos libres de hielo en Antártida. Los resultados de su trabajo se publicaron recientemente en la revista científica Scientific Data de Nature.
Dentro de este inventario de ecosistemas antárticos se consideraron nueve Unidades Mayores Medioambientales. También se reconocieron 269 Tipos de Ecosistema Bioregional. Este nivel de detalle no tiene precedente en esta parte del mundo.
Con toda la información que se tiene ahora sobre estas zonas libres de hielo se tiene una nueva fuente de información revolucionaria. Su objetivo es ayudar a proteger la biodiversidad en las áreas libre de hielo de la Antártida.
“Muchas personas se sorprenden al saber que la Antártida tiene tierras permanentemente libres de hielo. Sin embargo, estos pequeños hábitats contienen la gran mayoría de la biodiversidad del continente”, mencionó al medio digital Phys.org el Doctor Anikó B. Tóth, quien aparece como primer firmante del estudio.
En estas áreas libres de hielo vive flora única que se ha adaptado a las condiciones de la Antártida. Ejemplos de ella son mini bosques de líquenes, musgo, plantas con dos flores, pasto de pelo antártico y sagina.
A su vez, esta flora sostiene una variedad de ácaros y colémbolos (un grupo de artrópodos muy pequeños de seis patas), tardígrados, nematodos, además de diferentes algas y microbios.
En estas áreas también viven aves. Entre ellas hay pingüinos terrestres, petreles, gaviotas, skuas y albatros.
Uno de los riesgos con el cambio climático es que con el aumento de temperatura es cada vez más el hielo que se derrite. Esto lleva a que las zonas libres de hielo se vuelvan más suaves y dejen de estar aisladas. Esto trae consigo la posibilidad de que lleguen especies resistentes de latitudes bajas.
“Es el problema opuesto al que enfrentan muchos ecosistemas convencionales hoy en día. En lugar de fragmentación y pérdida de superficie, las zonas libres de hielo se harán más grandes y estarán más interconectadas”, explica el Doctor Tóth.
“Esto podría cambiar completamente la dinámica y las especies residentes de estos ecosistemas, cuya especificidad se basa a menudo en el aislamiento”, agrega el investigador.
Un mapa pensado para la conservación
La clasificación que usaron los investigadores se alinea con la Tipología de Ecosistemas Global de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). De esta forma se ubica a la Antártida en contexto global donde se subraya el rol crítico del continente en el sustento de la biodiversidad planetaria.
Así, será posible hacer una evaluación sistemática de riesgos. También será posible ubicar estratégicamente nuevas áreas protegidas. Finalmente, será posible monitorear la efectividad de estas acciones para los objetivos globales de conservación.
“Mediante la integración de datos biofísicos y biológicos, hemos creado un marco sólido para orientar los esfuerzos de conservación en el marco del Sistema del Tratado Antártico”, sentencia el profesor David Keith, quien participó en el estudio.
“Con la aceleración del cambio climático y el aumento de la actividad humana, este marco es esencial para prepararnos a las consecuencias de la aceleración del ecologización antártica”, concluye el Doctor Tóth.