Muchas islas del Pacífico y el Índico podrían volverse inhabitables gracias al aumento en el nivel del mar Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
28 mayo, 2019
Por: Luis Moctezuma
Para los surfistas una ola de 3 metros es una gran oportunidad para practicar su deporte. El océano Pacífico es un buen espacio para el surf; sin embargo, la altura de sus olas también representa un riesgo en las próximas décadas para los habitantes de la región en muchas islas pequeñas y atolones (que son islas con lagunas internas conectadas al mar). El aumento en el nivel del mar es algo que se conoce y proyecta a futuro desde hace tiempo debido al cambio climático; sus consecuencias van más allá de la inminente inundación de algunas regiones.
No se tiene un dato preciso pero se estima que para el próximo siglo muchas de las islas que hoy existen empezarán a inundarse. Antes que esto ocurra aparecerán otras dificultades para sus habitantes como la falta de agua potable, esto es lo que pronostica un estudio publicado el 25 de abril por la revista Science Advances. Aunque el nivel del mar seguirá permitiendo que los pobladores se desplacen sobre la Tierra, la falta de agua para consumo humano provocará su abandono.
La altura marina y la de las islas
Tanto en el océano Índico como en el Pacífico existen islas de muy baja altura. Esto representa un riesgo ante la presencia constante de olas. El asedio de éstas afectará la estructura acuífera de las islas, al menos así lo pronostican los participantes en la investigación. El contacto del agua dulce con la proveniente de las olas aumentará los niveles de salinidad y así será imposible usarla para las funciones básicas de supervivencia humana.
Roi Namur, en las Islas Marshal, la isla a partir de la que se hizo el estudio citado, es un ejemplo de lo que pasará. Actualmente hay una barrera que reduce el impacto de las olas. Gracias a los arrecifes de coral estas no llegan con toda su fuerza ni con la altura que alcanzan en mar abierto. En 2014 una ola superó esta barrera natural e inundó la zona norte de la isla. Si el nivel del mar se eleva un metro más al menos habrá una de estas olas cada año.
La presencia de las olas trae más de una consecuencia. El agua dulce presente en la isla se mezclará con la salada, tanto la superficial como la que se almacena en el subsuelo. La estructura de la isla se reacomodará por el impacto. Además, con el cambio climático se prevé que las lluvias se reduzcan progresivamente en la zona, así las proporciones de agua en la región se modificarán drásticamente.
El proceso normal de almacenaje de agua en las islas depende fuertemente de las lluvias. El agua se filtra al subsuelo y ahí, por una diferencia de densidad con la salada, termina expulsándola. Si hay menos lluvia y cada vez está más presente el agua salada, el proceso de filtración empezará a fallar. De esta forma, los habitantes de las islas del Pacífico y el Índico tendrán cada vez menos agua dulce para sus actividades cotidianas.
Los cambios en la vida de las islas y atolones
El momento crítico para esta región es la mitad del siglo XXI. En aproximadamente 3 décadas los pobladores de muchas islas y atolones tendrán que tomar medidas drásticas. Las condiciones económicas y políticas de cada una harán que se viva de una forma diferente. Mientras que algunas islas podrán tomar medidas como procesar el agua salada o importar agua dulce, otras se verán en serios problemas.
Los ámbitos en que esto modificará las condiciones de vida son muchos. La infraestructura de la isla se modificará, por esto ni las dimensiones ni la forma actuales se conservarán. El agua del subsuelo dejará de ser apta para actividades como la agricultura o el mantenimiento de los ciclos naturales para el ecosistema. Aunque algunas islas y atolones apenas resentirán el cambio gracias a sus alianzas políticas y la facilidad que esto les da para obtener agua potable, otras tendrán como única salida la emigración. En poco tiempo veremos las medidas que cada una toma para afrontar este reto.