NASA reconoce moléculas de agua sobre la cara luminosa de la Luna Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
12 marzo, 2019
Durante décadas se creyó que nuestro satélite natural tenía una superficie árida. En los últimos años se han descubierto depósitos de hielo en los polos dentro de cráteres pero, ¿qué pasaría si hubiera moléculas de agua saltando por ahí a simple vista? Eso es lo que acaba de encontrar el Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio estadounidense (NASA).
Una lámpara afinada
Recientemente se ajustó la forma en que el Proyecto de Mapeo Lyman Alpha (LAMP, por sus siglas en inglés y que es un acrónimo de lámpara). Este ajuste muestra con mayor precisión las señales que provienen de la superficie en la cara luminosa de la luna. Los resultados se publicaron en la revista científica Geophysical Research.
A diferencia de la Tierra, en la Luna el agua sigue un proceso muy diferente. Teóricamente se tiene la hipótesis de que los iones de hidrógeno provenientes del viento solar son el origen del agua en la luna. Esto crearía una dinámica completamente diferente a la de nuestro planeta. No se trata de agua que esté ahí todo el tiempo y que pase por diferentes estados.
Las moléculas de agua permanecen unidas al regolito hasta mediodía, cuando las temperaturas de la superficie aumentan, entonces las moléculas se desorientan térmicamente y rebotan a un lugar lo suficientemente frío como para que se adhieran a la atmósfera tenue de la Luna. Cuando las temperaturas bajan, estas moléculas regresan a la superficie.
La Luna no retiene el agua; sin embargo, está ahí. “La hidratación lunar es difícil de medir desde la órbita, debido al modo complejo en que la luz se refleja en la superficie lunar”, comenta el Doctor Michael Poston, investigador del LAMP. Posteriormente agrega que “la cantidad de agua interpretada aquí (en la medición del LRO), es consistente con las mediciones que el laboratorio indica como posibles”.
Agua lunar, el insumo básico para la exploración espacial
La hipótesis sobre el viento solar y sus iones de hidrógeno tiene un problema con las mediciones. Si esta fuera completamente correcta, cuando la luna queda protegida por la atmósfera terrestre la “espiga de agua” debería desaparecer. Las mediciones indican que no es así. Las observaciones de LAMP muestran que las cantidades de agua se mantienen.
Las moléculas de agua no llegan por una “lluvia” proveniente del viento solar. Ahora sigue un análisis más detallado sobre lo que pasa con estas moléculas de agua. Una vez que comprendamos la naturaleza de esta agua lunar podremos considerar seriamente la exploración del espacio tomando a la luna como punto de partida. Si nuestro satélite es capaz de albergar agua esta será de gran utilidad.
Si la Luna carece de líquido la conquista del espacio será más complicada. Transportar agua desde la tierra es un proceso más complicado que captarla desde un punto lejano en el espacio, como nuestro propio satélite natural. Queda mucho por estudiar en este sentido para comprender las posibilidades reales de salir de nuestro planeta pero este es un paso importante y se lo debemos al LRO.