¿Por qué nunca debes ver directamente un eclipse de sol? Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
8 julio, 2017
EL Sol emite muchos tipos de radiaciones: UV, infrarroja, rayos X, ondas de radio, entre otras, pero la que nosotros normalmente percibimos es la luz visible. Durante un eclipse, la luz visible se oculta parcialmente, mas esto no significa que las radiaciones ya no existan, siguen estando ahí y si llegan a tus ojos pueden causar grandes daños a tu retina.
En un día normal estamos más protegidos a las radiaciones solares. Al entrar en contacto con la luz, nuestros ojos, inmediatamente, son capaces de cerrar la pupila hasta el tamaño de una delgada aguja, nuestros párpados también se cierran casi al máximo y nuestras pestañas actúan como sombrillas, de esta manera reducimos el riesgo de que las radiaciones afecten la retina.
En un eclipse, gracias a la falta de luz, la protección ocular queda deshabilitada, pues el ojo no enciende su mecanismo de defensa, y por el contrario hace todo lo posible para captar la luz. La pupila se abre a su máximo para dejar entrar la mayor cantidad de luz. Cuando un eclipse llega a su totalidad, la luz y las radiaciones se desvían y dejan libre el campo de la sombra, sin embargo este momento dura aproximadamente dos minutos, los cuales se pueden ir demasiado rápido tomando en cuenta que se esta admirando un espectáculo único. Al momento en que la Luna vuelve a dejar ver una parte del sol, la luz y las radiaciones volverán y tus ojos, al no estar preparados y tener las pupilas abiertas estarán dejando pasar un exceso de radiaciones ultravioletas e infrarrojas que en segundos pueden quemar literalmente las células sensibles del ojo.
Mientras éstas células se están quemando, la persona no será capaz de sentir ningún dolor, pues la retina carece de receptores de dolor; así que uno puede seguir observando el eclipse sin percatarse de nada, hasta que poco a poco va perdiendo la visión total. Este tipo de ceguera es irreversible.
Incluso si sólo se ve una pequeña porción del sol, es demasiado brillante para nuestros ojos. Menos del 1 por ciento del sol visible sigue siendo 4,000 veces más brillante que la luna llena. La retina de un ojo desprotegido puede quemarse en tan sólo 30 segundos.
La única manera segura de ver directamente el sol eclipsado o parcialmente eclipsado es a través de filtros solares especiales u otros filtros certificados por la Organización Internacional de Normalización (ISO). De igual forma, si planeas observar un eclipse con binoculares o telescopio es importantísimo contar con protección especial para estos tipos de instrumentos.
Un eclipse, ya sea de sol o de luna, es un evento astronómico que vale la pena presenciar, y para que la buena experiencia dure toda la vida, no olvides las debidas protecciones. No dejes que este extraordinario momento se convierta en una experiencia que arruine tu vida para siempre.
Si no te es posible observar en vivo el eclipse del 21 de agosto porque no te encuentras dentro de la franja de Estados Unidos, puedes hacerlo desde los servicios de streaming que ofrece la NASA o el sitio slooh.
El equipo de ChemaTierra también estará transmitiendo en vivo desde Portland, Estados Unidos, así que no tienes excusa para perderte el evento astronómico más importante del año.