¿Qué pasa con el agua de la central nuclear de Fukushima que se tira al océano? Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
24 agosto, 2023
En marzo de 2011 Japón vivió un fuerte terremoto con un tsunami posterior. Entre los espacios afectados estuvo la central nuclear de Fukushima Daiichi.
El agua del océano ingresó en los contenedores y desde hace dos años el gobierno japonés decidió verterla de forma controlada en el océano. El líquido ha recibido tratamiento y muchos de sus componentes radiactivos han desaparecido pero algunos se conservan.
Lo que el océano se lleva de Fukushima
Este 2023 comenzó a verterse el agua contaminada en el Océano Pacífico. Han pasado 12 años desde la tragedia que sacudió a Japón.
Oficialmente, el riesgo de mezclar esta agua con la del océano es mínimo. Jim Smith, un científico medioambiental de la Universidad de Portsmouth en Reino Unido defiende esta postura. “Siempre dudo en decir cero, pero cerca de cero”, afirma para la revista científica Nature.
El especialista considera que mantener el agua almacenada representa un riesgo mayor que verterla en el océano. “El riesgo de otro terremoto o un tifón causando una fuga de un tanque es mayor, y se están quedando sin espacio”, agrega.
El proceso para integrar el agua contaminada al océano tomará 30 años. Para llevarla al océano se usa una tubería que se extiende a un kilómetro de la costa.
Durante el terremoto y el tsunami de 2011 el núcleo del reactor se sobrecalentó. Más de 1.3 millones de metros cúbicos de agua de mar entraron al núcleo dañado. De esta forma, el agua se contaminó con 64 elementos radiactivos conocidos como radionucleidos.
Algunos de los elementos que contaminaron el agua representan un riesgo para la salud humana. Estos son el carbón-14, yodo-131, cesio-137, estroncio-90, cobalto-60 e hidrógeno-3 (también conocido como tritio).
Muchos de estos elementos tienen una vida promedio relativamente corta. Comienzan a decaer a partir de los 12 años, el tiempo que ha pasado desde el accidente. Por otro lado, algunos tardarán mucho tiempo en decaer, es el caso del carbón-14 que tiene una vida promedio de 5,000 años.
La compañía que opera la central nuclear es Tokyo Electric Power Company (TEPCO). Esta empresa ha ejecutado un sistema de procesamiento avanzado del líquido (ALPS) para tratar el agua.
De acuerdo con TEPCO el procedimiento incluye cinco etapas de cosedimentación, absorción y filtración física. El agua será vertida en el océano “a medida que avanza el proceso de desmantelamiento” de acuerdo con la comunicación entre la Misión Permanente de Japón y la Organización Internacional en Viena hacia la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA).
El proceso ALPS es capaz de remover 62 de los 64 radionucleidos. Con esto queda por debajo de los límites de regulación japonesa vigentes en 2022. Estos límites se basan en recomendaciones de la Comisión Internacional de Protección Radiológica.
Los dos elementos que sobreviven al tratamiento son el carbón-14 y el tritio. Por lo tanto, es necesario diluirlos en una proporción de uno por cada 100 partes de agua marina. De acuerdo con TEPCO la concentración de tritio está alrededor de 1,500 bequereles por litro, esta es una medida de radiactividad en una sustancia. Esa cantidad equivale aproximadamente a una séptima parte de las directrices para tritio en el agua bebible de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.
En el caso del carbón-14, actualmente mantiene una concentración del 2% de los límites establecidos por TEPCO. Al ingresar al océano se diluirá todavía más, de acuerdo con la empresa.
Las críticas sobre el vertido en el océano
Alrededor del mundo han surgido dudas y críticas a las acciones de Japón con los residuos de la central nuclear de Fukushima. Corea del Sur ha alertado sobre los impactos inesperados en el entorno marino. El gobierno de Filipinas pidió a Japón reconsiderar el vertido del agua contaminada en el océano.
El año pasado la Asociación Nacional de Laboratorios Marinos de Estados Unidos se opuso al plan japonés argumentando “falta de datos científicos adecuados y precisos que respalden la afirmación de la seguridad de Japón”.
Uno de los aspectos que causa más alarma es el tritio. Este elemento es emisor de radiación β. Esto significa que emite radiación ionizante que puede alterar el ADN. TEPCO afirma que la proporción es mínima y señala que es menor a la que se experimenta en un vuelo redondo entre Nueva York y Tokio.
Entre los riesgos que señalan los críticos es que podría introducirse en peces u otros alimentos. Al ingerirlos, las células humanas quedan expuestas a la radiación. TEPCO afirma que en 3 kilómetros a la redonda del área donde se vierte el agua contaminada no se practica la pesca.
Quizá no se realice pesca en la zona cercana a donde se vierte el líquido contaminado. Sin embargo, las cadenas tróficas permiten la posibilidad de que esta radiación llegue a los consumidores humanos. Si organismos cercanos a la zona son alimento de otros, que asu vez llegan a convertirse en alimento humano, el riesgo permanece.
De acuerdo con Jim Smith el agua contaminada con tritio se vierte como parte de los procesos regulares en las centrales nucleares. Usa a Reino Unido como ejemplo, esta nación vierte entre 400 y 2,000 terabequereles de tritio en el océano cada año. Las emisiones programadas por TEPCO son de 22 terabequereles de tritio cada año.
Tanto TEPCO como organismos internacionales realizarán un seguimiento de los residuos en la zona donde se verterá el agua contaminada. Se apegará a la regulación de la Autoridad de Regulación Nuclear Japonesa que responde a la IAEA.
Las sospechas internacionales continúan. De acuerdo con los datos oficiales esta operación de verter el agua contaminada en el Océano Pacífico no representa un riesgo. Al parecer será la experiencia de los próximos años lo que definirá si se está actuando de forma correcta o no.