¿Qué pasaría si todo el hielo del mundo se derritiera en una noche? Copiar al portapapeles
POR: Antonio Medina
19 octubre, 2019
El 99% del agua dulce congelada se encuentra contenida en tan solo dos regiones del planeta, Groenlandia y la Antártida. Cada año y con el incremento de la temperatura a nivel global, un pequeño porcentaje de este hielo se va derritiendo y se une al agua salada de los océanos. El porcentaje del derretimiento es tan pequeño (afortunadamente), que al ritmo actual tardarían miles de años en derretirse por completo. Pero, ¿qué pasaría si de un día a otro todo el hielo del mundo se derritiera?
Imaginen que esto sucediera mientras dormimos. A la mañana siguiente, la primera noticia que veríamos en todos los medios sería que los niveles marinos han subido 66 metros, inundando por completo todas las zonas costeras del planeta. Ciudades enteras como Nueva York, Tokio, Londres, Venecia y Rio de Janeiro, se encontrarían sumergidas por completo en estos 66 metros de agua extra y solo los rascacielos más altos sobresaldrían. En el caso de México nos despediríamos de toda la península de Yucatán y de ciudades costeras como Veracruz, Acapulco y Los Cabos.
Aunado a esto, el agua salada que ahora inunda estas ciudades se empezaría a filtrar en la
tierra, llegando hasta los mantos acuíferos subterráneos que abastecen a las demás ciudades, lo que generaría un desabasto del primordial líquido en las regiones de mayor altitud. Si consideramos que Groenlandia y la Antártida representan el 69% de toda el agua potable del mundo, podemos imaginar las dimensiones de la catástrofe que generaría la mezcla de esta agua dulce con el agua salada del mar.
Pero el desabasto de agua no es el único problema de la mezcla del agua dulce y salada, pues las corrientes marinas como hoy las conocemos, y que son las encargadas de mover el aire cálido a zonas de menor temperatura y viceversa, cambiarían por completo o incluso podrían detenerse. Esto causaría cambios climáticos impresionantes. Tormentas, sequías, nevadas, huracanes, tifones y todos los fenómenos naturales se volverían mucho más extremos.
Ahora imaginemos que la mayoría del 1% restante del agua dulce congelada del planeta, la cual se encuentra depositada en los glaciares alrededor de la Tierra, también se derritiera. Esto traería un problema aún mayor. Según estudios recientes, químicos nocivos para la salud como el diclorodifeniltricloroetano, mejor conocido como DDT, quedaron atrapados en glaciares como los del Himalaya. Al momento de que estos glaciares se derriten, liberarían todas estas toxinas atrapadas durante décadas al flujo de ríos, lagos y reservas de agua subterráneas, envenenado a la flora y fauna e impidiendo que el ser humano pudiera consumirla.
Ahora, el resto de el 1% de agua congelada en el planeta se encuentra principalmente en el Ártico, en una capa de la tundra que se conoce como permafrost (materia orgánica congelada debajo del suelo por un período igual o mayor a dos años). Si la
capa de permafrots también sufriera este fatídico destino, quedarían al descubierto enfermedades ya erradicadas que podrían haber sobrevivido congeladas en el subsuelo.
También se liberarían grandes cantidades de mercurio que podrían envenenar la tierra. Y finalmente, el derretimiento del permafrost dejaría a la intemperie materia orgánica que sería la cena de millones de microorganismos, que al digerir esta materia expulsarían dos de los gases más nocivos para el ambiente, dióxido de carbono y metano. Esto causaría un incremento de temperatura de aproximadamente 3.5 ºC, lo que terminaría por condenar a la extinción a la vida en nuestro planeta.
Tal vez piensen que estamos exagerando y en realidad sí. El derretimiento de todo el hielo del mundo es un escenario que no se ha planteado nisiquiera en las más exageradas películas de Hollywood y es practicamente imposible que esto pueda suceder de la noche a la mañana. Sobre todo si consideramos que hay suficiente hielo en el planeta para cubrir por completo América del Norte en una capa de hielo de 1.6 km de espesor. Pero este ejercicio nos sirve para tomar conciencia del gran desequilibrio que se está causando en el planeta debido al incremento de la temperatura y de lo que podría pasar si no logramos controlar este incremento a menos de 1 ºC por año.
Así que esto nos pone a pensar que las cosas se pueden poner mucho peor de lo que están, pero también nos hace reflexionar en que aún estamos a tiempo para realizar un verdadero cambio.