¿Qué provoca la enfermedad de Alzheimer? Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
14 junio, 2024
Dentro de la cultura popular se asocia la enfermedad de Alzheimer con problemas de memoria pero no es la única forma de reconocerla. La mayor parte de las personas que la padecen son de edad avanzada; sin embargo, también aparece en individuos jóvenes.
Hay tres factores de riesgo principales: edad, antecedentes familiares y herencia, sobre ellos no se tiene control. Sin embargo, existen otros factores que influyen en que la enfermedad se desarrolle o no y sobre ellos sí tenemos influencia.
Alzheimer más allá de los olvidos
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral. Con el tiempo aumenta el deterioro en quienes la padecen. Las personas que tienen esta enfermedad sufren cambios en el cerebro que producen el depósito de ciertas proteínas.
Esta enfermedad provoca que las neuronas mueran y el volumen del cerebro disminuya. Esta enfermedad es la causa más común de demencia. Se estima que entre el 60 y 70% de las personas que padecen demencia en todo el mundo tienen la enfermedad de Alzheimer.
Los primeros síntomas de la enfermedad incluyen el olvido de eventos y conversaciones recientes. Conforme avanza la enfermedad, disminuye la capacidad de las personas para hacer sus tareas cotidianas.
Los tratamientos médicos pueden retrasar su avance. Sin embargo, hasta ahora no es posible curarla. En etapas avanzadas puede provocar deshidratación, desnutrición o infecciones.
Causas del Alzheimer
La primera razón por la que una persona padece Alzheimer es por la edad. Existen pacientes con inicio temprano y con inicio tardío, la mayor parte pertenece al último grupo.
Las personas con inicio tardío desarrollan la enfermedad a los 65 años o más. Conforme avanza la edad aumenta el riesgo de padecerla. Casi un tercio de las personas mayores de 85 años tienen Alzheimer.
Las personas con inicio temprano son las que adquieren la enfermedad entre los 30 y los 65 años. Este grupo representa menos del 10% de quienes padecen la enfermedad.
Los antecedentes familiares pueden ponernos alerta sobre el riesgo de padecer esta enfermedad. Quienes tienen una madre, padre o hermano con esta enfermedad tienen mayor probabilidad de desarrollarla. El riesgo es mayor si se trata de más de una persona en la familia.
Los antecedentes familiares dependen de dos factores. Por un lado hay factores genéticos: los padres pueden heredar su predisposición a padecer la enfermedad a los hijos. Por otro lado están los factores ambientales: las condiciones de vida son comunes a los miembros de la familia y podrían fomentarse de forma grupal hábitos de riesgo.
Desde la parte genética existen dos categorías de genes que influyen para que una persona desarrolle una enfermedad: los genes de riesgo y los genes deterministas. Ambas categorías están presentes en el Alzheimer.
Los genes de riesgo aumentan la probabilidad de desarrollar una enfermedad. Sin embargo, no es un hecho que se vaya a adquirir la enfermedad. El gen de riesgo más importante para el desarrollo de Alzheimer es la apolipoproteína E-e4, o APOE-e4.
Por su parte, los genes deterministas causan directamente la enfermedad. Si se tienen hay una garantía de que la enfermedad aparecerá. Para el Alzheimer esto pasa con los genes codificadores de tres proteínas: la proteína precursora amiloidea (APP), presenilina-1 (PS-1) y presenilina-2 (PS-2).
Se conoce como “enfermedad de Alzheimer dominante autosomal (ADAD)” o “enfermedad de Alzheimer familiar” a la que es provocada por genes deterministas. En este caso varios familiares de diferentes generaciones se ven afectados. Esto pasa apenas en el 1% de los casos.
Los factores ambientales también participan en el desarrollo del Alzheimer. En este sentido aún se siguen varias líneas de investigación para determinar el grado de influencia que tiene cada uno.
Es de interés para los investigadores la relación entre los padecimientos vasculares y los cerebrales. Entre ellas están la enfermedad cardíaca, el derrame cerebral y la presión arterial alta. Otras condiciones metabólicas como la diabetes y la obesidad también han demostrado tener relación con el Alzheimer.
Se reconocen algunas alternativas para reducir el riesgo de padecer Alzheimer. Entre las recomendaciones están una buena alimentación, actividad física, vida social activa y actividades mentales estimulantes.